04 dic. 2024

Uno de cada cuatro paraguayos pasa hambre en Paraguay, según la FAO

En el país 1.635.000 pobladores sufren hambre. En el Día Mundial de la Alimentación, que se recordó ayer, se alertó sobre la necesidad de reducir la cifra de afectados que creció 8,7% en cinco años.

Desigualdad.    Las mujeres  y los niños son los más afectados por la carencia de alimentos.

Desigualdad. Las mujeres y los niños son los más afectados por la carencia de alimentos.

El hambre no pasa de moda en Paraguay, donde el 25% de la población tiene hambre. La necesidad de alimentos se siente especialmente en el campo , los indígenas padecen a diario por esa escasez.

Celsa Mendoza de La Herencia Chaco se acercó ayer hasta el salón bicameral del Congreso, los aburridos discursos y frías estadísticas que surgen cada Día Mundial de la Alimentación se hicieron tangibles cuando la indígena ayer compartió ante el auditorio los pesares que pasa su comunidad en la Región Oriental.

Su etnia está golpeada por el hambre. “No hay nada en el campo, ya no hay nada para nosotros. Ndahaéi la iporaiteva la ore situación. Roñoty ha ou la helada ogueraha paite ore producción. A veces viene el frío, otras veces la sequía, se llevan todo y se hace más difícil conseguir comida”.

Esta realidad se multiplica en el país donde uno de cada cuatro paraguayos no tiene para comer y pasa hambre.

Jorge Meza, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) en Paraguay indicó que el país a pesar de tener recursos y alta producción de alimentos, se caracteriza por el difícil acceso.

El vacío estomacal, producto de la desnutrición, afecta en mayor medida a los niños y mujeres de poblaciones rurales que padecen la falta de suelos aptos para la siembra, y la deforestación. Según la FAO, el 70% de los desnutridos residen en el campo.

En la visión de la ministra de Educación, Marta Lafuente, es paradógico que Paraguay, siendo un país que produce alimentos para el mundo, “tenga niños que nacen de madres que no han tenido seguridad alimentaria”.

Plan. Una de las alternativas planteadas para reducir los índices de hambre desde FAO-Paraguay tiene que ver con los programas de alimentación en instituciones educativas, así como la adecuada nutrición adicional.

A nivel local, en instituciones educativas nacionales, niños y niñas reciben merienda escolar que, según Lafuente, como complemento nutricional es insuficiente, no es aún universal y necesita ser objeto de un nuevo análisis como política pública.

El hambre fue tema de conversación en breves minutos también en la sesión de la tarde en la Cámara Baja, cuando la diputada Karina Rodríguez solicitó que el Poder Ejecutivo desarrolle políticas estructurales de combate a la pobreza y pidió abogar para que el Programa Mundial de Alimentos pueda instalar una oficina permanente en el país.

El Índice Global del Hambre que fue publicado en Berlín recientemente remarca preocupación por Paraguay, por ser el único país sudamericano en el que ha crecido el índice negativo en los últimos años hasta llegar al 10.1%.

En este mundo de extremos, así como hay personas que sufren hambre se desperdician 1.3 toneladas de alimentos a nivel global y la obesidad es una epidemia que afecta en la tierra guaraní, al 57 % de la población y a 2.6 millones de personas en todo el mundo. Esta última cifra se vuelve irrisoria al comparar con los 850 millones de habitantes del mundo que no tienen qué comer. A pesar de que la cifra se redujo de 2012 a esta parte en 20 millones, el único número aceptable al hablar de hambre es cero, como aseguró días atrás José Graziano da Silva, director general de FAO.