Señaló que el proyecto busca llenar una laguna de la última ley que estableció las faltas leves, graves y gravísimas, pero no determinó el grado de alcohol en la sangre, lo que motivó los fallos de la Corte. Con el proyecto, se establece la obligación de enviar al Ministerio Público, cuando la persona tiene de 0,450 a 0,900 en el cuerpo.
Explicó que el delito de exposición al peligro en el tránsito es un delito de peligro, donde el conducir alcoholizado y drogado, ya está. Pero con el proyecto hay una agravante que lo convierte en un delito de resultado, cuando produce la muerte.
Dijo que no se habla de dolo o culpa en los accidentes de tránsito, que es el gran debate que se da ahora como consecuencia de lo que se dio en un caso de accidente de tránsito, alegó Bogarín.
“Se necesita un debate más profundo, y no legislar en forma pasional, reaccionar con algunos hechos que se dieron y buscar parches legislativos, lo que hace que se produzcan confusiones”, afirmó.
Remarcó que el proyecto puede ser confuso, ya que mezcla hechos punibles. “Técnicamente es un poco confuso. Entiendo la intención, pero hay que promover un debate serio”, sostuvo.
Refirió que podría darse un concurso complicado de delitos, y que no cumplía con el principio de taxatividad. Las leyes deben ser claras, para evitar confusiones en su aplicación, explicó.