Dos al hilo (antes en los JJOO de Río 2016, también con Marca A), Ayala va dejando un legado para las próximas generaciones en materia de trabajo, sacrificio y perseverancia, que lo llevaron al alto paranaense a cumplir el objetivo y elevar la vara cada vez más alta, calificando a la mayor cita mundial. El oro sudamericano en Baires es la confirmación de una labor incansable, por momentos solitarios y quijotescos, sin el verdadero reconocimiento que se merece como tal un referente del deporte nacional. Es el abanderado del éxito y su presente lo marca, el mejor atleta paraguayo en la actualidad a fuerza de triunfos.
Increíblemente, el maratonista percibe una beca Élite C por parte de la Secretaría Nacional de Deportes (SND), de G. 6.000.000, por debajo de otras figuras.
El equipo de evaluación sigue sin reconocer los méritos del corredor, que desde el final de los Juegos 2016 (que en ese proceso estuvo marginado de los becados hasta meses antes de la competencia) se consolidó como una de las pocas figuras que aspiraban a obtener uno de los cupos a la cita ecuménica por méritos propios y no por wild card. Extraña que en la temporada previa de los JJOO no se priorice a los atletas que aspiran llegar a la gran cita, a los que en realidad pelean por la Marca A, por sobre las fantasiosas y eternas apuestas que no llegan.
Este éxito es un llamado para las autoridades. Se debe tener mejor criterio al momento de designar las becas deportivas y las invitaciones a los grandes certámenes, para darle una proyección válida dentro de un proceso de formación de nuevos valores. Acompañar un proceso real de principio a fin y no subirse al carro vencedor “sobre la hora”.
Suena hasta repetitivo, porque desde la aparición de las Becas Deportivas (temporada 2012), seguimos sin disfrutar de una resonante victoria. Si bien Fabrizio Zanotti ganó el primer oro Panamericano en Lima 2019, el golfista jamás perteneció al programa de becas de la SND.
Y luego de 7 años, es momento de analizar el rumbo y si es necesario, pegar el golpe de timón para redireccionar el proyecto. Interesante sería dar mayor protagonismo a nuevos rostros, apostar al futuro, formar campeones, capaces de trazar su figura por sobre una remuneración obligatoria del Estado y que sus victorias lo hagan más profesional en el aspecto económico.
La suma de experiencia y un apoyo fuerte a las bases es fundamental en las jóvenes apuestas para la presencia nacional en JJOO o mundiales, no sean solo una “pasarela” o cuestión de “premio a la trayectoria”. Se debe edificar y consolidar un sendero que le permita al atleta ir evolucionando en su desempeño, que participe, compita y pegue el salto de pelear por sitios de preponderancia.
Que este tipo de conquistas sea una costumbre, que Paraguay marque presencia siempre, por la puerta grande.