29 mar. 2024

Un jardín de cultura y arte ambiental en Altos

En plena pandemia, los vecinos de tres barrios de Altos, Cordillera, instalaron una especie de gran galería de arte al aire libre, al costado de la ruta a Atyrá, utilizando elementos reciclados. Ahora le agregaron una biblioteca callejera.

Andrés Colmán Gutiérrez

Escritor y periodista

Bicicletas en desuso convertidas en portaplanteras. Cubiertas desechadas de automóviles, transformadas en coloridas y artísticas figuras de pájaros o mascotas. Basureros pintados con alegres motivos y carteles con mensajes de motivación personal o sobre la importancia de cuidar el medioambiente. Cualquiera que transite por la ruta Atyrá-Altos puede admirarlos a ambos lados de la vía, frente a las viviendas de un verde valle con vistas panorámicas entre los cerros de la Cordillera.

Es como una inmensa galería de arte naif o ambiental que se extiende por más de dos kilómetros, a lo largo de los barrios San José, San Isidro y María Auxiliadora, que forman parte del antiguo sector conocido como Tucangua Cañada, en las afueras del centro urbano de Altos.

Todo empezó en la Navidad de 2019, cuando algunos vecinos se propusieron hermosear su entorno para ofrecer un ambiente más festivo y agradable. En lugar de los clásicos arbolitos navideños de pino y plástico, decidieron realizar algunos más artesanales con madera, viejas cubiertas de autos, además de los artísticos pesebres campesinos, agregando luces y mucho colorido.

“El resultado de lo que hicimos en esa Navidad generó mucho impacto en los propios vecinos y en todos quienes pasaban por la ruta, que incluso se quedaban, estacionaban sus autos y bajaban a sacar fotos. Eso nos dio la pauta de que lo que estábamos haciendo era importante y debía ser más permanente, no solo por las fiestas de fin de año”, explica el docente Guido Armando Cano, presidente de la comisión Vecinos en Acción del barrio San José.

TRANSFORMANDO LA COMUNIDAD

Con la llegada de la pandemia del coronavirus, en los primeros meses de 2021 los vecinos recibieron el respaldo del párroco de Altos, el sacerdote Claudio Figueredo, quien encabezó un proyecto de mejoramiento de los barrios, incluyendo un componente de educación ambiental, con el uso de elementos reciclados.

“El respaldo del pa’i Claudio fue decisivo. Eso animó a que los pobladores asumamos el desafío de hermosear nuestros respectivos barrios de manera permanente. La situación de la pandemia hizo que nos encontremos más unidos y que entendamos que mantener nuestro entorno limpio era fundamental para nuestra propia salud y la de nuestros niños, especialmente. Salimos con palas, machetes y rastrillos a cortar malezas, a crear arte reciclado, a pintar y a mejorar todo”, destaca Cano.

No hubo necesidad de presionar a nadie para que se integre a la cruzada. Simplemente, a partir de un primer núcleo de vecinos, que coordinaban sus acciones a través de un grupo de WhatsApp, que salieron a realizar los primeros trabajos, los demás empezaron as sumarse. Salían a ofrecer hielo, tereré, gaseosas, sándwiches, a quienes trabajaban. Luego ya empezaban a ayudar en las tareas y a hermosear sus propias veredas y frentes de vivienda.

“En pocas semanas, el paisaje de nuestros barrios empezó a cambiar. Ni siquiera dimos directivas de qué hacer ni cómo hacer. Cada familia decidía libremente qué obra de arte iba a hacer frente a su casa, pero todos entendieron que la onda era trabajar con los elementos reciclados, muchos incluso escribían mensajes de concienciación para cuidar y proteger la naturaleza. El contenido ambiental se asumió plenamente, como algo natural”, destacó Guido.

Una anécdota que les entusiasmó mucho fue que la conocida experta tributaria Nora Ruotti pasó por el lugar en una expedición de ciclismo y realizó un video, en el que mostró y comentó con admiración las bellas obras de arte ambiental que encontró en el sitio.

BIBLIOTECA CALLEJERA

Aunque el aspecto cultural siempre estuvo presente en el esfuerzo de los vecinos de Altos, la idea de agregarle el mundo de los libros surgió cuando el profe Guido Armando conoció la experiencia de la Bibliotecas Callejeras que había iniciado en 2018 el escritor Aníbal Barreto Monzón y que a la fecha ya tiene cerca de 130 iniciativas diseminadas por todo el país.

Tras conocer la Biblioteca Callejera de Ñe’e Raity, la primera en el distrito de Atyrá, el docente decidió habilitar también la primera en el distrito de Altos, involucrando a sus vecinos en el proyecto. Construyeron la pequeña casita de libros siguiendo el mismo estilo de utilizar elementos reciclados, con una base de cubiertas viejas pintadas, con una pequeña plaza con muebles rústicos a la sombra de un frondoso árbol de yvahái, para poder disfrutar de la lectura.

La Biblioteca del barrio San José se inauguró oficialmente el 26 de setiembre, con un colorido acto que contó con una nutrida presencia de vecinos, docentes, estudiantes, además de miembros de la Red de Bibliotecas Callejeras Paraguayas.

“Ustedes están demostrando que la cultura es algo vivo, que forma parte del entorno y que involucra a diversos elementos. Que los libros puedan salir a la calle en este hermoso lugar, estar disponible para todos quienes quieran leer, conviviendo con este cuidado lugar en que cuidan y protegen la naturaleza, es un lindo ejemplo de lo que se puede hacer de positivo en el país”, les dijo durante el acto inaugural el escritor Aníbal Barreto Monzón.

Cuando vayan desde Altos a Atyrá, dispónganse a quedarse un tiempo a admirar la Biblioteca del barrio San José y toda la inmensa galería de arte ambiental que se despliega a ambos lados de la ruta, incluyendo a los barrios San Isidro y María Auxiliadora. Es un bello rincón del otro Paraguay posible.

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