25 abr. 2024

Umberto Eco y Robin Wood, una gran amistad en la realidad y en la ficción

El escritor italiano elogió la obra del paraguayo, quien lo convirtió en personaje de su serie Dago, como el monje detective de El nombre de la rosa. Se conocieron en Milán, en setiembre del 2010.

Reliquia.  Umberto Eco muestra a Robin Wood el libro envenenado que se usó en la película  El nombre de la rosa,  con Sean Connery, que se basó en su célebre novela.

Reliquia. Umberto Eco muestra a Robin Wood el libro envenenado que se usó en la película El nombre de la rosa, con Sean Connery, que se basó en su célebre novela.

Por Andrés Colmán Gutiérrez

@andrescolman

“Dago y Robin están tristes. Ha partido a la eternidad su querido lector, crítico y amigo, Umberto Eco, a quien hace unos años dedicó un episodio de Dago, con Umberto como personaje”, revela María Graciela Sténico-Wood, agente literaria y esposa del gran escritor paraguayo de historietas Robin Wood.

Dago es un personaje de ficción, un aclamado héroe de historietas y Robin Wood es su autor, el escritor paraguayo nacido en la colonia Cosme, Departamento de Caazapá, en 1944. Ambos tienen una rica historia compartida con Umberto Eco, el gran semiólogo, filósofo y novelista italiano, fallecido el viernes en Milán, a los 84 años de edad.

Eco fue también un apasionado de las historietas o cómics, y en más de una oportunidad se declaró gran admirador de Dago, uno de los principales personajes creados por Wood, que en Italia viene publicándose con gran éxito desde hace varios años, dibujado por el argentino Carlos Gómez.

HOMENAJE. “Dago mi appasiona di piu (me apasiona demasiado)”, había declarado Umberto Eco en entrevista con el diario Il Matino, en setiembre del 2005.

Emocionado, Robin Wood le retribuyó el homenaje en el 2006, escribiendo una larga historia de 84 páginas de su serie Dago, en la que incluyó a un escritor errante y aventurero, muy similar al que encarna Sean Connery en la película El nombre de la rosa (basada en la novela homónima de Eco), pero con los rasgos de su autor.

Para que no quede ninguna duda, el personaje se llama Umberto, el capítulo se denomina igual, y la leyenda que abre la primera página incluye una dedicatoria: “para quien dio un nombre a la rosa”.

ENCUENTRO. Conmovido por el homenaje, Eco contactó con un agente literario suizo de Robin y lo invitó a visitarlo en su casa de Milán.

El encuentro se produjo el 16 de setiembre de 2010. Robin llegó acompañado por su esposa, Graciela, y por el dibu- jante de Dago, Carlos Gómez.

“Su casa fue un antiguo hotel en el centro de Milán, con cientos de libros ubicados en los pasillos y en todos los pisos”, narra Graciela.

Se dieron un gran abrazo y se pusieron a hablar de todo, especialmente, de libros y de historia, con el peculiar sentido del humor que caracteriza a ambos. Pasaron toda la tarde en el estudio y luego Eco los invitó a comer en un restaurante cercano.

“Yo pedí una copa de vino y Umberto me dijo que eso no debía ser bebido, que era malo para la salud, hacía mal al pelo, las uñas, etc. En ese momento cae el mozo con una bandeja y una botella de whisky y Umberto dice ¡questo es bueno! Esto es maravilloso”, relata.

Graciela dice que Eco quería venir al Paraguay. “Nos prometió que lo haría cuando mejorara de sus piernas, porque tenía problemas para caminar. Ya no pudo hacerlo, pero su obra nos hace sentirlo muy cerca”.

En las páginas de la historieta de Robin, su amigo Eco sigue viviendo grandes aventuras, junto a Dago.

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