La audiencia se debe realizar ante el juez Pablino Lovera, pero por un pedido de permiso la interina la jueza Rosarito Montanía de Bassani, quien es recusada por su amistad con Óscar González Daher. Antes de hacer lugar a la recusación, “la jueza nos trata de bandidos y chicaneros y nos denuncia en la Superintendencia, que nos multa rápidamente a mí y a mis abogados y me quedo otra vez sin abogados”, cuenta Planás. Luego, es el juez Escobar quien eleva el caso a juicio oral.
Durante el juicio, la querella solo presenta dos testigos y la Fiscalía muestra como prueba una factura de remisión, que RGD dijo que vendió mercaderías a Planás, pero la boleta tenía fecha 2013, hecho que no podía ser, ya que la denuncia se hizo en el 2010. Con voto divido, el Tribunal falla a favor de Planás, pero la querella y la Fiscalía apelan y el caso está en la Corte.