De aquí la indicación de las tres puertas que hay que abrir para «conocer a Jesús»… en la primera —orar— el Pontífice reafirmó que «el estudio sin la oración no sirve… En cuanto a la segunda —celebrar—… la oración sola «no basta; es necesaria la alegría de la celebración…, para abrir la tercera puerta, la de la imitación de Cristo, la consigna es tomar el Evangelio para descubrir «qué hizo Él, cómo era su vida, qué nos dijo, qué nos enseñó», para «imitarle».
El Papa explicó que atravesar estas tres puertas significa «entrar en el misterio de Jesús». De hecho nosotros «podemos conocerlo solo si somos capaces de entrar en su misterio». Y no hay que tener miedo de hacerlo. El Papa invitó a pensar «durante la jornada, cómo va la puerta de la oración en mi vida: pero —precisó— la oración del corazón», la verdadera.
San José María Escrivá mencionó: Recuérdalo a la hora del dolor o de la expiación: la Cruz es el signo de Cristo Redentor. Dejó de ser el símbolo del mal para ser la señal de la victoria. Si es voluntad de Dios que nos alcance el zarpazo de la aflicción, tomadlo como señal de que nos considera maduros para asociarnos más estrechamente a su Cruz redentora. Si sabes que esos dolores —físicos o morales— son purificación y merecimiento, bendícelos.
(Frases extractadas de
http://www.vatican.va y https://odnmedia.s3.amazonaws.com)