Indicó que son varios los factores que pueden incidir. “La exposición a eventos traumáticos, el ser madre soltera o haber enviudado, falta de apoyo por parte de la pareja o no contar con soporte social adecuado, así como las complicaciones durante el embarazo y la historia previa de un trastorno mental”.
Un punto importante para tener en cuenta en el diagnóstico de la depresión posparto es la presencia, muy frecuente en las nuevas madres, la llamada tristeza posparto (“Baby Blues”) que tiene un mayor pico de incidencia entre los días 2 a 5 del posparto y se caracteriza por tristeza, crisis de llanto, labilidad emocional, ansiedad e irritabilidad.
Resaltó que el Baby Blues se diferencia de la depresión posparto porque no afecta la funcionalidad, ni el relacionamiento con el bebé, tampoco incluye síntomas sicóticos. Por lo general, los síntomas desaparecen en las siguientes 2 semanas de su aparición, en algunos casos puede progresar a la depresión posparto de ahí la importancia de estar alertas.