A menudo existe la pregunta: ¿Es solo un niño muy travieso o desobediente? La mayoría de los niños no prestan atención o son hiperactivos e inclusive impulsivos en un momento u otro.
“Es típico que los niños en edad preescolar tengan períodos de atención cortos y no puedan seguir con una actividad por mucho tiempo. Incluso en niños mayores y adolescentes, el período de atención depende del nivel de interés”, explica la neurosicopedagoga Rocío Miño.
La especialista considera que los niños pequeños son naturalmente activos, están llenos de energía, y algunos niños tienen naturalmente un nivel de actividad más alto que otros.
“No se puede decir que un niño tiene trastorno déficit de atención (TDAH) solo porque es diferente a otros niños de su edad. Los niños que tienen problemas en la escuela, pero se llevan bien en casa o con los amigos, probablemente tengan problemas con algo que no sea el TDAH”, expresa Miño.
¿Qué es el TDAH?
Para la neurosicopedagoga es uno de los trastornos más frecuentes del neurodesarrollo. “Afecta a millones de niños y a menudo continúa en la edad adulta”, explica.
El TDAH incluye una combinación de problemas persistentes, tales como dificultad para mantener la atención, hiperactividad y comportamiento impulsivo. A menudo estos niños presentan baja autoestima, relaciones problemáticas y bajo rendimiento escolar.
“La prevalencia del TDAH es mayor en niños que en niñas”, prosigue.
Los síntomas pueden ser leves, moderados o graves. “El diagnóstico y tratamiento temprano pueden hacer una gran diferencia en la calidad de vida del niño y su entorno”, dice Miño.
Es importante saber que el TDAH repercute claramente en el aprendizaje de colores, letras, números y formas. También en la habilidad para agarrar el lápiz, siendo más susceptibles los que presentan retraso del lenguaje. “Si posteriormente nos encontramos ante un preescolar con distractibilidad, hiperactividad, retraso del lenguaje y torpeza motora, mantendremos un alto índice de sospecha, ya que la probabilidad de que cumpla los criterios diagnósticos para TDAH es alto”, agrega.
El trastorno se va manifestando de forma distinta en cada etapa de la vida, a medida que se desarrolla el lóbulo frontal.
“Para valorar la conducta del preescolar debemos discriminar dónde está la fina línea que separa la normalidad de lo patológico. Entonces podemos decir que es momento de acudir a consulta de un profesional, para establecer criterios claros y técnicas de abordaje”, comenta la especialista.
Los factores que pueden estar involucrados en el desarrollo del TDAH incluyen la genética, complicaciones pre y perinatales, factores sicosociales, o problemas con el sistema nervioso central en momentos claves del desarrollo.
Signos de alarma
Se considera que a partir de los 3 años de edad se comienzan a observar marcadores para un posible diagnóstico.
•Irritabilidad (excesivamente inquietos o tensos, llorones o continuamente irritables y muy sensibles a los ruidos y sobresaltos).
•Trastornos en la conducta alimentaria.
•Disfunciones del sueño.
•La calidad del desarrollo motor durante los primeros años puede constituir un predictor de la posterior aparición de síntomas que apuntan datos de inmadurez motora en algunos niños.
•Los niños tienen menos predilección por los juguetes educativos y escasa disposición para el juego social.