Tal como se preveía, las atrasadas elecciones internas de los partidos y movimientos para las municipales 2021, llevadas a cabo el domingo último, en el contexto de la actual pandemia de Covid-19, contaron con una baja participación ciudadana y con una significativa cantidad de votos en blanco, como una clara señal de que muchas de las candidaturas despiertan poco entusiasmo en los electores.
Lo positivo fue que estos comicios permitieron introducir importantes innovaciones electorales, como el recurso del voto electrónico y principalmente el desbloqueo de listas, dejando atrás las tristemente célebres “listas sábanas”, que permitían pocas opciones de elección crítica.
De alguna manera, estas elecciones sirvieron además como un plebiscito entre los liderazgos en puja en los principales partidos políticos y espacios de poder. En ese sentido, el gran derrotado en Asunción, el municipio más importante del país, fue el sector político del actual presidente de la República, Mario Abdo Benítez, cuyo candidato, Daniel Centurión, perdió en las urnas frente a Óscar Nenecho Rodríguez, el candidato apadrinado por el ex presidente Horacio Cartes y su movimiento Honor Colorado. Este resultado incrementa aún más la arrolladora y cuestionada influencia de Cartes en el manejo del partido oficialista y en las estructuras de poder del Estado.
En el principal partido de oposición, resalta la ajustada victoria del actual presidente del Partido Liberal, Efraín Alegre, sobre su principal rival, el senador Blas Llano, abriendo interrogantes sobre cómo se administrará la crisis profunda que existe en el sector y en qué medida será posible unir a un espectro más amplio de fuerzas políticas para enfrentar con chances al coloradismo en los próximos comicios.
En términos generales, las campañas electorales para estas internas han sido sumamente pobres y poco innovadoras. Se han dado lamentables episodios de repetir viejos vicios, apelando al requerimiento de votos a cambio de dinero, promesa de otorgar puestos de trabajo, reparto de víveres e incluso de bebidas alcohólicas, aprovechándose de la necesidad de amplios sectores vulnerables de la población, cuya situación de pobreza se ha agravado por los efectos de la pandemia. Más que en otras anteriores elecciones, los candidatos se han olvidado de presentar programas de gobierno y propuestas concretas acerca de qué harán si llegan a ganar.
Este es el momento de urgir que se presenten y se discutan las propuestas que estuvieron casi ausentes en este primer tramo de la campaña.
En ese sentido, el debate entre los candidatos de los distintos partidos y movimientos se debe centrar en los diversos temas que la población necesita que sean resueltos por los gobiernos comunales y no simplemente en dirimir colores partidarios, con el acento en las figuras mediáticas o caudillistas que se presentan como candidatos y menos aún en el reparto de futuros cargos o espacios de poder.
Es necesario reconstruir la deteriorada acción política como instrumento de la democracia. La ciudadanía reclama que sus autoridades trabajen realmente por dar a la población servicios eficientes, dignidad y calidad de vida.