Carlos Elbo Morales
Efecto expansivo. La campaña que se llevó adelante con el objetivo de conseguir un corazón para la niña Nahiara, tocó muy de cerca a la sociedad. Finalmente, la paciente de seis años consiguió un donante, con lo que pudo realizarse el trasplante. La pequeña respondió muy bien y ya recibió el alta el jueves.
El cierre satisfactorio de esta etapa de la vida de Nahiara no solamente dio alegría a sus padres y familiares. También favoreció a la campaña de donación de órganos.
“Realmente tuvo un efecto positivo. De por sí que el mes de julio cerró con tres donantes reales. Es una cantidad mayor de lo que se venía viendo en el transcurso del año”, contó el doctor Gustavo Melgarejo, responsable del Instituto Nacional de Ablación y Trasplante (INAT).
No solamente la población se vio sensibilizada, también los profesionales médicos. Melgarejo reveló que hay mayor cantidad de notificaciones para evaluar posibles casos que se presentan.
El responsable del INAT aguarda que la tendencia se mantenga para que más personas se beneficien. Más aún que actualmente dos personas; una niña y un adulto, aguardan por un corazón.
Con el caso de Nahiara, la donación de órganos volvió a estar presente en la sociedad. Se abordó el tema en los medios, la calle e incluso en las reuniones sociales.
“Se habló de la importancia de la donación, entenderla y sobre todo pronunciarse sobre ello”, destacó Melgarejo.
Movimiento. El año 2021 terminó con 155 trasplantes. En lo que va del 2022 la cifra llega a 50, prácticamente.
El responsable del INAT resaltó cómo un trasplante mejora la calidad de vida de quien recibe la donación.
Se deben crear mecanismos más rápidos para que los profesionales puedan incluir en lista a pacientes que necesitan un trasplante, más aún renal. Melgarejo enfatiza en la importancia del trasplante para el paciente. La intervención no solo mejora la calidad de vida de la persona. También es una ventaja para el sistema de salud pública.
“Es mucho más beneficioso para el país tanto en términos económicos y ni qué decir en términos de calidad de vida y costo de salud”.
Lo que el responsable del INAT dice no es solo una expresión de deseo. Cuenta que existe un estudio realizado por la OPS donde se demostró que Paraguay debe llevar adelante esta política. “Debe ser prioridad el trasplante por todos los beneficios que acarrea al sistema”, refirió.
Un detalle no menor que reveló es que en la lista de espera, muchos renales, en promedio figuran personas menores de 40 años.
“Es gente muy joven que por problemas de salud no puede estar activa laboralmente. Y eso deriva en todo un contexto socioeconómico” dimensionó.