Los militares israelíes confirmaron que el ataque, que dejó un enorme cráter en una zona cercana a una de las pistas, fue lanzado desde Yemen, donde los rebeldes hutíes, respaldados por Irán, controlan amplias franjas de territorio.
Este ataque se produjo unas horas antes de que el ejército de Israel anunciara que convocó a “decenas de miles de reservistas” para intensificar su ofensiva en Gaza, con el objetivo de destruir todas las infraestructuras del movimiento islamista palestino Hamás.
Esa guerra se desencadenó por el ataque que llevó a cabo Hamás en el sur de Israel el 7 de octubre de 2023.
Desde que estalló ese conflicto, los insurgentes yemenitas, aliados de Hamás, lanzan con frecuencia ataques con misiles y drones contra posiciones israelíes.
Netanyahu declaró en un video publicado en Telegram que Israel ya ha actuado contra este grupo en el pasado y que “lo hará en el futuro”.
“No será de un solo golpe, sino que habrá muchos golpes”, advirtió, sin dar más detalles.
Después, Netanyahu afirmó en X que “los ataques de los hutíes provienen de Irán” y que Israel responderá “en el momento oportuno”.
El jefe de la policía de la región central de Israel, Yair Hezroni, explicó que hay “un cráter de varias decenas de metros de ancho y también de varias decenas de metros de profundidad”, en un video donde aparece la torre de control del aeropuerto al fondo.
El servicio de emergencias israelí Magen David Adom afirmó que atendió a al menos seis personas con heridas leves y moderadas.
Según un portavoz de la autoridad aeroportuaria, “es la primera vez que un misil cae tan cerca de la terminal y de las pistas de aterrizaje”.
Un fotógrafo de la AFP reportó que el misil cayó cerca de la zona de estacionamiento de la terminal 3, la más importante, y que dejó un boquete a un centenar de metros de la pista.
No se reportaron daños en la infraestructura misma del aeropuerto.
Misil hipersónico. Según un comunicado de los hutíes difundido por la cadena de televisión afín Al Masirah, se trató de “un misil balístico hipersónico que alcanzó su objetivo con éxito”.
Ese grupo controla amplias zonas de un Yemen devastado por la guerra civil, incluida la capital, Saná, a más de 1.800 kilómetros de la frontera sur de Israel.
Los insurgentes, que aseguran actuar en solidaridad con los palestinos, también suelen atacar navíos que consideran vinculados a Israel en el mar Rojo, una zona clave para el tráfico marítimo mundial.
Por su parte, el movimiento palestino Hamás y la Yihad Islámica celebraron el ataque.