“Fue emocionante sentir el cariño de los argentinos y de los compatriotas que, desde la noche del jueves, vinieron a ofrecerse para custodiar la sede”, expresó Diana Arréllaga, la cónsul.
Ayer se acercaron en distintos horarios paraguayos y residentes en esta ciudad para dejar ramos de flores frente al local de la representación consular, en señal de pacificación y de cariño, “luego del mal momento que pasamos el jueves, como atropello a nuestro país”, agregó la jefa de misión.
También comenzaron de inmediato las tareas de limpieza y restauración de la pintura de la puerta principal, de las ventajas y pared de la casona donde funciona el consulado, al son de música paraguaya que desde temprano comenzó a sonar en el lugar.
Arréllaga informó que la policía local reforzó la custodia después de que unos 50 a 60 manifestantes de organizaciones locales se manifestaron atacando el local a pedradas y con pintura, por lo ocurrido en nuestro país el pasado 3 de setiembre cuando miembros de la FTC confrontaron con integrantes del grupo armado autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo y en el lugar resultaron muertas dos niñas de 11 años que, luego, se comprobó tenían nacionalidad argentina. Las niñas vivían con la abuela y las tías en Puerto Rico, Provincia de Misiones, Argentina. Pero en noviembre pasado ingresaron al Paraguay para conocer a sus progenitores, según declaraciones de sus familiares.
El hecho generó la reacción de organizaciones argentinas que también se manifestaron en Buenos Aires ante la embajada paraguaya, cuyo edificio también sufrió daños.
El Gobierno condenó estos desmanes y Cancillería convocó el jueves al embajador argentino en Asunción, Domingo Peppo, a quien transmitió su molestia.