Efecto Alonso. La paupérrima actuación de Olimpia la semana pasada no generaba buenas sensaciones en el hincha franjeado que fue a Para Uno convocado por esa costumbre de alentar al equipo.
Pero el escepticismo con el cual llegaron al estadio se disipó rápidamente.
El equipo dirigido por Diego Alonso fue protagonista desde el arranque mismo. No fue ese cuadro dubitativo e irresoluto de jornadas anteriores. Muy al contrario, se presentó ambicioso, ofensivo (pisando la campo rival con siete u ocho hombres), dinámico y agresivo a la hora de recuperar la pelota. Marcó dos goles y generó cerca de media docena de ocasiones claras para convertir. Señales muy positivas para un equipo muy criticado en fechas pasadas.
OTRO CAPIATÁ. El efecto Alonso duró solo un tiempo. En el complemento, Mario Jacquet ajustó su equipo. Gustavo Romero, Fabio Escobar y Tom Ortiz se asociaron con Ángel Martínez y Óscar Ruiz, y no solo equilibraron el juego, sino convirtieron al cuadro visitante en dominador. Fabio Escobar descontó y Ruiz por dos veces dilapidó la posibilidad de empatar.
El desgaste del primer periodo hizo mella en algunos futbolistas de Olimpia, que no están acostumbrados a ese tipo de entrega física.