Según denunció el ministro taiwanés de Asuntos Exteriores, Joseph Wu, al reunirse con Azar -cuya visita ha provocado fuertes protestas por parte de Pekín-, “China sigue presionando a Taiwán para que acepte sus condiciones políticas, las que harían de Taiwán el próximo Hong Kong”.
En su opinión, “el pueblo taiwanés convive con amenazas diplomáticas y militares de China. Nuestra vida es cada vez más difícil. Sin embargo, tenemos la suerte de tener buenos amigos como EEUU”, recalcó.
La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, subrayó que no aceptará que la isla forme parte de China bajo la fórmula de “un país, dos sistemas” a semejanza de Hong Kong.
Las autoridades de la isla recelan de este principio, especialmente desde la aprobación de la Ley de Seguridad Nacional china para Hong Kong que, a sus ojos, está socavando las libertades en la ex colonia británica y la autonomía de la que gozaba.
OMS. Por su parte, Azar se centró en alabar los logros de la isla en materia de salud pública y en la lucha contra el Covid-19, y señaló que “sus éxitos deben ser reconocidos en el ámbito global”.
Por esto, “es dañino y contraproducente que se la excluya”, dijo en referencia a que China se opone a que la isla forme parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Azar termina hoy su visita a Taiwán, a la que China considera una provincia rebelde que ha de volver a su soberanía, mientras que la isla funciona de manera autónoma desde 1949. EFE