Este caso se había descubierto luego del festival Ja’umina Fest, donde Bogado cayó herido y se supo que contaba con una orden de captura internacional.
Ramón Vargas, suboficial de Ñeembucú, y Félix Ayala, del Departamento de Judiciales, fueron acusados por el fiscal Rodrigo Estigarribia por frustración de la persecución y ejecución.
Los efectivos habrían cargado causa de prestación alimentaria, modificando la alerta de búsqueda por tráfico de drogas y armas.