Tanto en el caso del ciclista baleado como en el de un joven lambareño llama la atención su actuar temerario al intervenir y prestar auxilio a víctimas de asaltos callejeros.
En el caso del ciclista Alejandro Arza, el doctor Agustín Saldívar, director del Hospital de Trauma de Asunción, informó ayer sobre su estado de salud, tras ser baleado en la noche del lunes, cuando intentó defender a una mujer de un asalto en la vía pública, ocurrido en el barrio Mariscal Estigarribia, de Asunción.
El médico precisó que el joven sufrió lesiones importantes en los vasos de la circulación arterial y venosa lateral del pulmón izquierdo, por lo que perdió mucha sangre. No obstante, recalcó que su salud presenta rangos aceptables y que su condición de atleta contribuyó a que sobreviviera en la intervención quirúrgica.
Saldívar remarcó que el paciente sobrevivió debido a que recibió asistencia médica a tiempo, ya que los vehículos pulmonares por lo general sangran mucho y si no se tiene un auxilio rápido suelen ser mortales, además de resaltar que gracias a su condición atlética logró sobrevivir. “En un deportista, su capacidad de reacción y alarma al estrés quirúrgico es relevante a la hora de reparar la lesión que tuvo”, apuntó el médico, quien aclaró que el joven tendrá que permanecer con intubación endotraqueal por 24 horas para seguir siendo evaluado.
HÉROE ANÓNIMO. En el asalto ocurrido el domingo último sobre la avenida Bruno Guggiari, en el barrio Santo Domingo de Lambaré, un joven desconocido auxilió a una joven que estaba siendo asaltada por dos motochorros.
La víctima, Giuliana Delgado, manifestó estar muy agradecida con el joven, que sin dudar, acudió a su pedido de auxilio y enfrentó a los malvivientes. La joven relató que gracias a su intervención no la despojaron de su teléfono, con el que da sus clases virtuales y pudo refugiarse en un local gastronómico.
Giuliana contó que cuando fue a hacer su denuncia en la comisaría, se encontró con su defensor, pero por temor a represalias no quiere exponerse. Esto, ya que luego de su intervención, el joven fue seguido por más de diez cuadras por los motochorros, que lo amenazaron de muerte. Por suerte, se pudo ocultar en un negocio. En ese ínterin, se le cayó y perdió su celular.