19 jun. 2025

Stallone ahora es McGyver

Por Sergio Cáceres Mercado

Foto: UH Edicion Impresa

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caceres.sergio@gmail.com

Hay tantas incongruencias en esta nueva aventura de Sylvester Stallone, que si no fuera por los buenos pasajes junto con Arnold Schwarzenegger y el final imprevisible, hubiera sido un bodrio total como hasta ahora lo son sus Indestructibles.

Hasta en la razón de ser del personaje de Stallone (Ray Breslin) hay algo que no cierra totalmente y que debilita más a toda la película. Pero, por supuesto, buscar razones en este tipo de producciones es un despropósito. Lo importante es que hay acción, Stallone y Schwarzenegger dan más de una pelea, y este último nos brinda escenas geniales que dan que pensar que ha madurado, por fin, como actor luego de su atascamiento en la política.

También hay suspenso, más vale, pues se trata de cómo escapar de una prisión de la que se supone es imposible hacerlo. Para esto, Breslin muestra una inteligencia muy superior y directamente proporcional a su musculatura. Esa inteligencia nos recordará a una especie de McGiver, quien es el único tipo de sujeto que podría intentar una fuga de una cárcel de máxima seguridad.

En esencia, hay que resignarse a las escenas inverosímiles de siempre y a la torpeza sin límite de los malos de turno, y entonces tendrá una película pasable con dos estrellas que tratan de brillar como en los viejos tiempos, pero hasta ahora ni la mejor pulida lo logra.