25 abr. 2024

Simone Biles habla y libera presión

Durante mucho tiempo, los deportistas de alto nivel se guardaron sus tormentas, para revelarlas una vez que sus carreras habían terminado. Pero siguiendo el ejemplo de la tenista Naomi Osaka, la superestrella de la gimnasia Simone Biles desveló sus “demonios en la cabeza”.

Con su impresionante colección de récords y títulos, Michael Phelps es una leyenda de la natación y del deporte, casi un extraterrestre.

Hasta que el estadounidense de las 28 medallas olímpicas, 23 de oros, se hizo humano en el 2018, dos años después de su retirada definitiva de las piscinas, desvelando que había sufrido depresión durante su carrera, utilizando el alcohol para intentar evadirse de la ansiedad.

“Simplemente no confío en mí tanto como antes. Tengo la impresión de que no disfruto tanto como antes. Tengo que hacer lo que es bueno para mí y concentrarme en mi salud mental”, explicó Biles el martes entre lágrimas y sonrisas.

Las imágenes de Biles “rompieron el corazón” de Phelps, explicó la leyenda en la cadena de televisión NBC. “Los Juegos son algo que pueden abrumarte, hay mucha emoción en juego, podría hablarte de esto durante horas”, explicó el antiguo nadador reconvertido en comentarista de televisión.

E incluso si desde hace años intenta sensibilizar a las instancias y a los deportistas sobre la importancia de la sicología, Phelps es consciente de que todavía hay muchas cosas que mejorar. Para los deportistas en primer lugar, a la hora de reconocer sus debilidades y fragilidades, sin comprometer su reputación ni su rendimiento futuro. “Hay que poder pedir ayuda cuando se viven periodos difíciles, es algo que me costó hacer durante mi carrera”, añadió Phelps.

“Espero que lo que pasa (con Simone) permita a la gente abrir los ojos. Nadie es perfecto, está bien a veces no sentirse bien”, añadió el deportista con más oros y medallas de la historia olímpica.

Según Julie-Ann Tullberg, especialista en Sicología en el Deporte de la universidad Monash de Australia, “la cuestión de la salud mental ha estado durante mucho tiempo subestimada como causa de mal rendimiento en un medio deportivo tan intenso como los Juegos Olímpicos”. “Ahora los deportistas quieren hablar de esta presión de manera abierta y libre”, añadió a AFP.

En un contexto particular debido a la pandemia de Covid-19 los deportistas se sienten más vulnerables: primero se quedaron sin competir ni entrenar, y luego han tenido que hacerlo solos.

En estos Juegos no están sus familiares, debido a que las autoridades japonesas decidieron limitar al máximo el número de visitantes para evitar la propagación del Covid-19.

Deben vivir en una Villa Olímpica en modo pandemia, con mascarillas obligatorias e interacciones muy limitadas, sin poder salir del circuito de los Juegos (competiciones y alojamiento). “La burbuja de la Villa Olímpica tiene un gran impacto sobre los deportistas, están habituados a salir y en Tokyo no pueden”, explica Julie-Ann Tullberg.

Lejos de su familia, Biles parece haber perdido todos los apoyos que la convirtieron en leyenda. De su recuperación en los próximos días dependerá su continuidad en Tokio-2020. AFP

RETIRO. La gimnasta estadounidense Simone Biles no disputará la final individual de los Juegos Olímpicos de Tokyo, en la que iba a defender el título.

Depresiones
Antes de Biles, otra deportista universal, como la tenista Naomi Osaka, reconoció este año haber sufrido periodos de depresión. En mayo, la japonesa sorprendió al mundo entero durante Roland Garros, al rechazar en primer lugar participar en las conferencias de prensa antes de retirarse tras disputar la primera ronda. Entonces explicó que atravesaba “largos periodos de depresión” desde que ganó el US Open de 2018, el primero de sus cuatro títulos del Grand Slam.

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