18 sept. 2025

Sexo por comida, la desesperada opción de prostitutas de Caracas

En un país como Venezuela, donde la inflación podría llegar a 10.000.000% a finales del año, las tarifas son claras. Un servicio sexual completo cuesta alrededor de 10.000 bolívares soberanos si se cancela en efectivo (USD 1,61 al cambio paralelo de la última semana), pero si se hace en un hotel, vale alrededor de 15.000 bolívares soberanos (USD 2,42), relata Veda Everduim para el diario digital argentino Infobae, el vivir de algunas mujeres en Venezuela.

El método de pago podría llegar a subir la cifra final. Una transferencia bancaria genera un incremento de 5.000. En el caso de cancelar con dólares, puede llegar a costar entre USD10 y USD 20.

Pero la crisis diversifica el mercado. Ahora no solo aceptan bolívares o dólares, sino que las cajas o las bolsas del CLAP, la comida que entrega el Gobierno de Venezuela, se convirtieron en un método de pago, una opción viable, y que muchas lo toman como algo cotidiano en medio de la crisis que ha llevado al país a una disyuntiva social, política y económica cercana al abismo.

UNA OPCIÓN. Sergimar contó cómo tuvo que cambiar sus servicios sexuales por comida. Cuando eso sucede tiende a pedirle al cliente que la lleve cerca de su casa para dejar la caja de alimento para que no se la roben en la calle, en su puesto de trabajo.

A los 19 años, Sergimar optó por el camino de la prostitución. Quería estudiar, pero no pudo. No podía costear los estudios y decidió viajar desde su pueblo natal hasta Caracas. Un desconocido en internet fue su trampolín, quien desapareció poco después de su llegada.

En Chacaito, cerca del área de los hoteles, estaba Luisa. Un metro ochenta, mal encarada. Usaba una falda colorida y una franelilla que dejaba al descubierto sus músculos y una cartera que movía a diestras y siniestras. Ella tenía pareja, pero cuando él viajaba por trabajo, ella optaba por dar vueltas en busca de clientes en la zona para ganar dinero.