“Nos encontramos en una situación en la que no podemos descartar contingencias, como provocaciones temerarias”, comentó Park durante una reunión con altos funcionarios del Gobierno.
La presidente recordó con esa expresión las acciones hostiles que el régimen ha llevado a cabo en anteriores ocasiones, como ataques armados menores o pruebas de misiles o nucleares.
Park instó por ello a las autoridades surcoreanas a prepararse “para todas las situaciones posibles”, y pidió al Ejército y la policía “reforzar la vigilancia contra las diversas formas de provocaciones”, especialmente en las zonas de primera línea, como las islas cercanas a la frontera con el Norte en el Mar Amarillo.
La presidenta destacó la situación de incertidumbre que, asegura, afronta el régimen norcoreano cuando destacó que “al observar la reciente serie de acontecimientos en Corea del Norte, es imposible saber en qué dirección va a evolucionar la coyuntura”.
Teniendo en cuenta la “gravedad e imprevisibilidad” de la situación actual, Park apuntó que Pyongyang podría tratar de fomentar la unidad interna e intentar causar división en la unidad nacional en el Sur a través de las hipotéticas “provocaciones”.
Corea del Norte divulgó el viernes en sus medios oficiales la ejecución de Jang Song-thaek, tío del líder Kim Jong-un y antes considerado número dos en la escala de poder del jerarquizado y rígido régimen comunista del país.
Jang fue acusado de múltiples delitos, entre ellos el de formar una facción discordante con la línea mayoritaria del gobernante Partido de los Trabajadores para supuestamente tramar un golpe de estado.
Tras conocerse la muerte de este político y la purga de sus asesores cercanos, Seúl extremó su vigilancia ante posibles acontecimientos inesperados en Corea del Norte y los expertos advirtieron de que podría desatarse en el régimen una situación de inestabilidad, aunque aparentemente esto no ha sucedido.