Yennifer libró una verdadera batalla en el tatami, ya que en semifinales quedó seriamente lastimada en el ojo derecho, situación que no lo impidió a saltar a la arena de combate por el oro. El esfuerzo fue tremendo dejando en alto el deporte paraguayo, ganándose el reconocimiento de todos tras esa gran muestra de carácter.
MEMORABLE. “Siempre soñé con este momento, y se hizo posible de compartir con mis hermanos como medallistas en este momento”, expuso Yennifer Servín tras conseguir la presea a lo que sumó: “Mis padres se inscribieron en el voluntariado para estar bien de cerca, así que este momento no lo olvido más, estar con mi familia”.
La marcialista además remarcó: “Quiero agradecer a las autoridades que confiaron en mí, creo que con esto no los defraudé, con esto creo que muchas puertas se abrieron, sueño con llegar a un título mundial y este es el primer paso”, agregando además a su reflexión final: “Cada día de esfuerzo valió la pena, cada control, cada entrenamiento, prometo seguir dando mucho más para seguir logrando cosas”.