Paraguay debe formalizarse hacia adentro si queremos evitar que la borra de otros países se retraten con el presidente y que nos convirtamos en el hazmerreír de medio mundo. Por estos días el buscador Google celebraba 21 años pero por la presidencia de la República todavía desconocen su existencia. Lo más grave es el menoscabo a la institución –que debiera ser la mas querida y respetada de un país– como su presidencia se exponga a las bromas y memes por doquier. El error no ha sido enmendado con la remoción de sus responsables, tuvo que aparecer en su salvataje un escándalo menor protagonizado por dos senadores jugando al carnaval para atenuar las críticas al primer mandatario y su equipo.
Si improvisamos el poder no debemos pretender ser tratados con rigor y seriedad por nadie. Como somos, nos tratan. El informe de la comisión investigadora del acta de Itaipú dará a conocer lo que todos inferíamos: Todos han sido responsables del desatinado acto que casi costó la presidencia de Abdo y eso es absolutamente lógico concluir cuando vemos en todas las reparticiones públicas repetirse lo mismo en cuestiones licitatorias menores o de alto volumen. Con una cabeza debilitada y jaqueada, todo el cuerpo gubernamental se resiente y sus costos ya son enormes para el país.
Echar a perder un periodo gubernamental de esta manera tendrá un costo mayor en un tiempo signado por un frenazo de la economía a nivel mundial y condiciones climáticas absolutamente adversas. La única política posible a aplicar con éxito se llama: Control de daños y tiene que hacerse pronto, antes de que sea demasiado tarde. El nivel de confusión y extravío se nota en todos los niveles, pero es más que evidente en el estudio del presupuesto. Cabe de todo y lo que se afirma para afuera de buscar la mayor austeridad posible no se compadece con lo que parece ser la idea instalada: Una gran piñata con los pocos recursos. Todos piden más pero ninguno está dispuesto a sacrificar sus ilegales, absurdos e ilógicos: Derechos adquiridos. Nadie tampoco sugiere el recorte de los rubros de presentismo, títulos, peligrosidad, subsidio alimentario, seguros médicos y otros privilegios. Cada sector dice que no le alcanza el sueldo pero ni el ejecutivo y menos legislativo tienen voluntad ni fuerza para hacer los cambios. Apenas se sostienen y la única política cierta de ellos es llegar al 2023 a cómo sea.
Esta es nuestra realidad interna y queremos convencer afuera que somos el paraíso escondido. El canciller reconoce que apenas tiene para su pasaje y debe procurar convencer a los inversores que tenemos gente joven, energía barata, Gobierno eficiente y bajos impuestos.
No, así no avanzamos. La gente seria de afuera sabe googlear y nos reconoce inmediatamente. Los que vienen a “usar y abusar” del país son los rechazados en las naciones serias y traen consigo el know how que les permite sobrevivir en esta ínsula de Barataria, donde todavía creemos que nuestras mentiras convencen afuera. Hay 4 mil millones de dólares de paraguayos afuera, solo eso explica muy bien cuánto creemos en el país. Seamos serios y cambiemos.