Siempre que se piensa en intelectuales, doctores e historiadores, uno se imagina que son o tienen que ser personas serias, circunspectas y abocadas a tiempo completo a sus elucubraciones, descubrimientos, búsquedas científicas y explicaciones irrebatibles de todo tipo. Pero a veces de esas mentes salen chistes y ocurrencias que, aunque pueden hacernos reír, tienen el encanto de la carga académica.
Como citar las fuentes ocuparía mucho espacio, en este breve boletín paso a citar algunos momentos adaptados de hilaridad que tienen por lo menos la gracia de no ser groseros.
* Noticia. En una ciudad de España un taxi choca con un camión que transportaba diccionarios de sinónimos que se desparramaron por todos lados. Los testigos, al presenciar este particular accidente, quedaron atónitos, consternados, turulatos, estupefactos, patidifusos, perplejos y boquiabiertos.
* Una amiga preguntaba en Facebook qué se podía hacer para evitar llorar cuando se pela la cebolla. En un laboratorio de la Sorbona encontraron esta eficaz manera: cuando están en crecimiento se lleva a la huerta unos payasos para que les cuenten cosas graciosas y se les quite la pena. Si no se ha aplicado este experimento, cuando pele una cebolla hágale cosquillas y comprobará que no se llora. Un agrónomo paraguayo aconseja que no se planten cebollas cerca de un sauce llorón.
* Una empresa que vende estadísticas descubrió que de cada quince, tres personas mueren sin haber entrado en ninguna estadística.
* Curiosidades de la industria de la construcción: Por la forma que hacen las casas hoy en día, seguramente lo único que durará treinta años es la hipoteca.
* Eficiencia. El ideal de la universidad a distancia es que no haya medios de locomoción, ni terrestre ni marítimo, para ir o venir de esa distancia y así evitar los reclamos.
* Idea para Hollywood. Se podría hacer un filme de bajo presupuesto sobre la gran cantante lírica María Callas; para esto se puede elegir a cualquier actriz parecida, porque la película comienza cuando la diva deja de cantar.
Esta es una adaptación a nuestros regionalismos, de chistes mejor contados por el humorista español Antonio Ozores. El hecho de que la vida diaria nos obligue a una considerable dosis de seriedad y responsabilidad en lo que hacemos, eso no quita la sonrisa amable de un momento de humor.
¡Que tengan un buen día!