23 sept. 2025

Ser coherente entre lo que se cree y lo que se vive

Hoy meditamos el Evangelio según San Marcos 10, 46-52. A propósito del evangelio de hoy, el papa Francisco dijo: “San Marcos en su Evangelio dice que muchos reprendieron a Bartimeo para hacerlo callar, diciéndole que no gritase y que dejase al maestro tranquilo... También los discípulos trataron de hacer callar a Bartimeo, porque el maestro estaba con ellos, era para ellos, no era para todos. Actuando así esta gente aleja a Jesús de los que gritan, que tienen necesidad de la fe.

Existe también, otro grupo, formado por los especuladores: Eran religiosos, parece, pero Jesús los expulsó del templo, porque hacían sus negocios allí, en la casa de Dios. Se trata de personas que no escuchan, no quieren escuchar el grito de ayuda, sino que prefieren hacer sus negocios y usan al pueblo de Dios.

Otro grupo que aleja a la gente de Jesús son los cristianos solo de nombre, sin testimonio. Sí, son cristianos de salón, de fiestas, pero su vida interior es mundana.

Y, también, están los rigoristas, aquellos a los que Jesús reprende, porque cargan mucho peso sobre los hombros de la gente. El primer grupo está formado por los que no escuchan. Del segundo, en cambio, forma parte mucha gente diversa, diferente que escucha la llamada, pero aleja de Jesús.

Y está también un tercer grupo, son los que ayudan a acercarse a Jesús y que dicen a Bartimeo: “Ánimo, levántate, te llama”. Es el grupo de los cristianos que son coherentes.

Les propongo un examen de conciencia que nos hará bien, a través de una serie de preguntas directas: ¿En qué grupo estoy? ¿En el primero, entre los que escuchan los numerosos gritos que piden ayuda de salvación? ¿Me ocupo solo de mi relación con Jesús, cerrada, egoísta?

¿Pertenezco al segundo grupo, entre los que alejan a la gente de Jesús, por la falta de coherencia de vida? ¿Alejo a la gente de Jesús? ¿O pertenezco al tercer grupo, el de los que escuchan el grito de tantas personas y les ayudo a acercarse a Jesús? A estas preguntas, concluyó el Papa, “cada uno de nosotros puede responder en su corazón”.

Asimismo extractamos algunas frases expresadas por el Sumo Pontífice en ocasión de la Audiencia General del pasado miércoles: “En nuestro itinerario de catequesis sobre los mandamientos, llegamos hoy a la sexta palabra, que está relacionada con la dimensión afectiva y sexual y reza: “No cometerás adulterio”. La llamada inmediata es a la fidelidad, pues no hay auténtica relación humana sin lealtad y fidelidad. No se puede amar solo cuando conviene. El amor se manifiesta cuando se da todo sin reservas. Como afirma el Catecismo: “El auténtico amor tiende por sí mismo a ser algo definitivo, no algo pasajero” (n. 1646). La fidelidad es la característica de una relación humana libre, madura, responsable...

(De www.pildorasdefe.net/liturgia/evangelio-marcos- 10- 46-52 y http://w2.vatican.va)