Durante un encuentro con periodistas de economía de América Latina, organizado por Red Latindadd, que es la Plataforma Regional para la Justicia y la Economía, realizado ayer en Buenos Aires, revelaron los niveles de flujo de dinero ilícito que se mueve en la región.
Jorge Coronado, de la Comisión Nacional de Enlace (Cne) de Costa Rica y miembro de la Red Latindadd, resaltó que el 38% del flujo ilícito de Latinoamérica es en el comercio exterior con Estados Unidos y un 19% con China. Este flujo de dinero ilegal representa actualmente el 3,6% del producto interno bruto (PIB) de todo el continente latinoamericano.
PARAGUAY. Al revisar por países, se verifica que al cierre del 2017, tomando datos de la Cepal, el flujo de dinero ilícito de nuestro país asciende a USD 4.116 millones. Este monto equivaldría al 10% del PIB.
Este resultado es relevante, pues ubica al Paraguay entre las diez economías donde se dan mayores casos de abusos de tratados bilaterales, manipulación de precios de transferencia y tráfico artificial de utilidades.
El analista dijo que, en este caso, se trata de grandes corporaciones que operan de forma legal, pero utilizan declaraciones engañosas para evitar el pago total o parcial de los impuestos. “De hecho, tomando datos de Global Financial Integrity en la falsa documentación del comercio internacional, como porcentaje del PIB, aparece en primer lugar Paraguay con 63,8%”, subrayó.
Al verificar los porcentajes de los demás países de la región, se observan que los niveles de facturación falsa sobre el PIB van desde 1,3%, como es el caso de Colombia, hasta 10,6% en Venezuela, pero todos muy por debajo de los niveles de Paraguay. En el caso de Centroamérica, a nuestro país le supera Panamá, donde la facturación falsa representa hasta el 230% del PIB.
“La mayor parte de estos flujos ilícitos vienen de actividades comerciales que son licitas. Hay evasión y también elusión fiscal, los mecanismos son la falsa facturación o la manipulación de los precios de transferencia, que es elevar el costo operativo ante la administración tributaria que no tiene la forma de determinar si los datos son ciertos”, explicó el experto.
En el caso de facturaciones falsas, dijo que es la acción de sobrefacturar o subfacturar en las importaciones y en las exportaciones, elevar artificialmente precios o cantidades de productos importados o de elevar costos de producción. “Esta es una práctica muy desarrollada por parte de las transnacionales a fin de trasladar en uno u otro caso las diferencias económicas a un paraíso fiscal por la vía de una sociedad offshore”, subrayó.
Finalmente, con respecto a la manipulación de los precios de transferencia, dijo que el mecanismo se usa para ocultar la relación de partes relacionadas a fin que las administraciones tributarias las determinen como “partes independientes”; es decir, que entre ellas establecen precios para el comercio de bienes y servicios, que no son los reales, dejando a las administraciones tributarias sin la posibilidad de determinar el precio real de las transacciones económicas.