Con una presión constante, en todos los sectores y apretando alto, parecía que la Albirroja se llevaba por delante a su rival y lo iba a ganar. Pero empezó a flotar el nerviosismo en los jugadores paraguayos por no concretar las chances.
Atrás, los espacios se generaban de pelota parada. Godín abría la defensa que fue muy estática y sin poder anticiparse en ningún momento. Fue así que llegaron dos claras ocasiones en los postes y una que salvó Silva en la línea para mantener el cero en el arco propio.
Sin reacción. Luego Uruguay empezó a jugar, a tener el balón, a generar espacios entre líneas y Paraguay se perdió en la cancha, sin marcas fijas y dando todas las licencias al rival para atacar.
Lo peor fue dejar a Suárez frente al arco y sin marcas, además con una defensa en línea. El Pistolero uruguayo quedó mano a mano y así no falló ante Silva para ese gol de la victoria.
Los Barros Schelotto buscaron darle rebeldía al equipo con los ingresos de Enciso y Benítez, pero no hubo una conexión correcta entre ataque y defensa; además Carlos González se perdió entre los centrales uruguayos sin poder pesar en el ataque.
Para colmo de males, la expulsión de Gustavo Gómez, que siempre está sobrerrevolucionado con la Albirroja, muy distante a lo que rinde en el Palmeiras. Tanto Gómez como Matías Rojas se perderán el duelo ante Brasil, partido que de perder sí no habrá calculadora que nos clasifique a Qatar.
Solo 20 minutos duró el juego albirrojo, que fue superado por Uruguay.