“Las sanciones económicas son herramientas utilizadas en el marco del desarrollo de políticas internacionales, y están destinadas a generar algún tipo de repercusión en un país o área geográfica determinada, durante un periodo de tiempo. Según registros históricos, la primera sanción económica dataría del año 432 a.C., cuando Athenas generó un bloqueo sobre Megara, relativo a sus mercados. Dicho esto, recién durante el desarrollo del siglo XX es que se empezaron a ver los fenómenos de imposición de sanciones”, indicó Battilana a Infobae.
Apuntó que la era de la globalización está generando un efecto de ramificación de consecuencias, que tienen un alcance intrínseco dentro de cada país, pues tener personas o empresas en listados de sancionados genera que los procesos de debida diligencia de los entes públicos y privados se deban ver reforzados en sus esfuerzos de realizar los trabajos pertinentes de conocer a los clientes y dar seguimiento a las transacciones.
Todo ello tendiente a evitar o mitigar posibles afectaciones innecesarias, y muchas veces involuntarias, a causa de potenciales incumplimientos de normativas internacionales (sanciones) aplicadas dentro del territorio nacional, pero como señaláramos con un alcance global.
A modo de ejemplo, una de las sanciones más conocidas (u oídas hablar), es el famoso “embargo” de los EEUU sobre Cuba (14/marzo/1958). Dicha sanción, explicada a grandes rasgos, implicó una restricción comercial del resto del mundo para con la isla, y obviamente de la misma para con EEUU.
Por ejemplo, los fabricantes de automóviles asiáticos para poder exportar sus productos a suelo norteamericano debían demostrar que los mismos no contenían producto alguno (sobre todo niquel) de origen cubano. Este es tan solo uno de los cientos de ejemplos que existen, y vale meramente para graficar en qué consisten las sanciones económicas.
“También existen sanciones contra otros países, algunas vigentes y otras ya levantadas, como ser las impuestas a Alemania durante la Primera Guerra Mundial, o las de Corea del Norte de 1950 e Irán en 1984, entre otras”, explicó.
Las sanciones, en sí, se dan según las circunstancias globales de un momento específico en la historia, las mismas buscan de alguna manera generar un efecto embudo y/o de constricción económica, que a su vez tiene necesariamente repercusiones socioculturales, de salubridad y, por consecuencia, de desarrollo en general de una comunidad.
La finalidad de las sanciones económicas y financieras es atacar las vulnerabilidades financieras de uno o más objetivos (personas físicas o jurídicas), con la finalidad de afectar su habilidad de obtener y usar recursos económicos, y se pueden aplicar a individuos o a países enteros, reflexionó el especialista.