En el 2023 se cancelará la deuda de Itaipú con el Estado brasileño y podrían quedar USD 2.000 millones anuales disponibles para enviar a los países (la mitad a Paraguay), dado que esos recursos se utilizan hoy para abonar el pasivo. Para que eso suceda, las naciones deben determinar mantener la misma tarifa de venta de energía, valor que hoy resulta alto, especialmente para los brasileños. Si se decide reducir el precio, ese dinero ya no ingresará al Tesoro nacional.
Consultado sobre qué podría acontecer en las conversaciones, Jorge Samek (director brasileño de Itaipú en el periodo 2003-2017) indicó que la pregunta vale un millón de dólares y que esa será la gran negociación. Relató que el empresariado brasileño prefiere la reducción de la tarifa, antes de que esos recursos sean destinados al Estado.
“Es la gran negociación. En Brasil, si se habla con las federaciones, con los empresarios, ellos quieren que se baje el 50% de la tarifa. Pero imagínense, si yo soy presidente de la República y tengo problemas con los indígenas, falta de viviendas, problemas de salud; yo tengo que tener plata. No se combate la pobreza si no se genera riqueza, el resto es discurso”, detalló.
Añadió que sería muy fácil ser populista y decir que se va a bajar la tarifa, para ganarse los aplausos, pero que se deben ver las necesidades del país. Por tal motivo, remarcó que se requiere mucha responsabilidad en la decisión, ya que este tema sería como la gallina de los huevos de oro.
El mejor ejemplo está en los países nórdicos, donde se hizo un gran plan para que no se malgaste el dinero, apuntó Samek. A su criterio, la mejor inversión siempre es ciencia y tecnología, y Paraguay tiene las tres cosas que el mundo quiere: agua, energía y alimento.
El brasileño aseguró que el Estado paraguayo tiene un buen grupo de negociadores, por lo que obtendrán resultados favorables.