06 feb. 2025

Sacerdotes resaltan homilías sobre juventud y crítica social en Caacupé

Desde el punto de vista de dos sacerdotes, los mensajes dirigidos a la nueva generación denuncian la realidad del país, como una manera de no cerrar los ojos a la situación que vive actualmente el pueblo.

Los mensajes emitidos desde el púlpito, no solo impactaron a los feligreses. Los sacerdotes también estuvieron atentos a las palabras de los oficiantes de las misas, analizando su contenido.

El padre Jairo Guidini coincide con Cáceres en que todas las homilías fueron importantes. Sin embargo, se detiene especialmente en las prédicas lanzadas por monseñor Melanio Medina y el obispo Ricardo Valenzuela.

“Sabemos que Paraguay está en proceso de crecimiento, pero a la vez hay mucha gente que está excluida de ese crecimiento. Principalmente, los más pobres, a quienes no ha llegado eso. Es imposible cerrar los ojos frente a las injusticias que estamos viviendo”, refirió el religioso, que cumple sus servicios en la iglesia del barrio Las Mercedes de Asunción.

Guchini refirió que resultaba importante hablar de esos temas. Por eso destacó el hecho de que Medina y Valenzuela los convirtieran en base de sus homilías. Resaltó especialmente el llamamiento del obispo de Caacupé, a la conciencia en el momento de ejercer el voto. Sobre todo, mirar bien a quiénes se postulan y cuál es el historial que tienen.

“Caacupé siempre es un momento importante. El lugar donde los peregrinos van a renovar su fe. Un lugar donde existe la esperanza de salir adelante”.

Ser ejemplo. A su turno, el padre Óscar Cáceres, de la Catedral Metropolitana, resaltó que en general le gustaron las homilías de este año, que también fueron dedicadas a la juventud en el año del Trienio de la Juventud. “Ese fue el enfoque, hacia la vida de los jóvenes. Un propósito de los obispos el año pasado y este”.

Según explicó, las homilías tienen la finalidad de acompañar y orientar a los jóvenes en su vida diaria. A su vez reciben de los obispos un mensaje abierto y enfático. “Aunque les duela la verdad, la reciben como tal”, expresó el religioso.

Agregó, además, que este tipo de prédicas dejan un mensaje positivo en la nueva generación, con el fin de apostar a lo positivo. “Se transmite humanamente una experiencia para ellos. Los mayores la transmiten a través de sus gestos, palabras y acciones. Nosotros los mayores somos los más responsables de las cosas que no están bien”

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Valenzuela afirma que no pidió perdón alguno a Cartes
Luego de las consecuencias de la onda expansiva de la homilía del 8 de diciembre, monseñor Ricardo Valenzuela dijo que se mantiene firme en su discurso y no pidió perdón alguno al presidente Horacio Cartes. Contó además que era de esperarse la reacción de los cartistas por sus palabras.
"¡Ja, ja, ja, ja!”, de esta manera respondía el obispo de Caacupé a la interrogante de que si había solicitado disculpas al primer mandatario durante el desayuno con los clérigos, según versiones. Valenzuela se ratificó en que no hubo tal pedido en ningún momento.
Según contó, no se habló del tema en la reunión que tuvieron con el primer mandatario. Sí se tocaron otros que tienen que ver con la gente más carenciada, como los pobladores del Bañado, los beneficiarios de las casas del barrio San Francisco.
Reveló también que ninguna de las personas cercanas al entorno presidencial, le reparó algo por lo dicho en la misa. “Ellos le acompañaban a él y estaban todos atrás”.
Por otra parte, contó que se sintió sorprendido por las reacciones del público hacia la prédica del 8 de diciembre. Expresó que esas palabras fueron preparadas para la gente. “Ni realmente esperaba una reacción así", expresó, aún sorprendido.
Relató además que mientras daba la homilía, no se fijó en Cartes y las demás autoridades. “No podía. Tenía que concentrarme en lo que iba a decir. Uno se distrae y puede perder la fuerza y la concentración”.
Reacciones. El minúsculo ejército de perfiles falsos del cartismo tuvo reacciones virulentas hacia el obispo. Incluso utilizaban algunas fotos, donde se sometía al alcotest en forma de broma, para desacreditar al clérigo. A ello le sumaban las excusas de que la Iglesia se posicionaba en esos temas y no en otros que le conciernen.
Valenzuela señaló que aún no pudo interiorizarse de las reacciones, ya que no tuvo tiempo de ver los medios. Pero ya le hicieron llegar la información. “Eso es algo que siempre va a haber”, dijo. Con relación a las otras críticas, que cuestionaban el hecho de compartir el desayuno con Cartes, señaló que era un gesto de cortesía.
“No podemos pelear entre todos. Siempre debemos apostar al diálogo. Es un acto de cortesía por la investidura”, explicó.