Por Roberto Gómez Palacios
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Dos años atrás, el estadio del club Olimpia presentaba un lleno total durante el concierto de Ricardo Montaner. El jueves no ocurrió lo mismo. No obstante, el argentino-venezolano presentó “Las mejores canciones del mundo” con la misma vitalidad de siempre.
En escena es un maestro, capaz de activar adrenalina a su público con pequeñas frases repetidas a lo largo de su presentación, como “Mi Paraguay”, “Te quiero Paraguay”, o “Dios te bendiga Paraguay”.
Mimar al auditorio es algo que Ricardo sabe hacerlo muy bien. Esta vez no cayó agua sobre Asunción, sino una frescura causada por la baja de la temperatura que a menudo subía con calor humano, de acuerdo al tema interpretado.
En algunos casos, las canciones eran conocidas no precisamente en su voz, sino en la de otros intérpretes.
Y de eso se trata esta gira, de presentar un material discográfico en el que por primera vez se presenta con canciones de otros, como Échame a mí la culpa, Hoy tengo ganas de ti, y más, como Nostalgia y Volver, tema con el que sorprendió en el concierto, con una antigua grabación de Gardel exhibida en la pantalla gigante, con el que Montaner hizo un juego de voces como si estuvieran cantando a dúo.
No faltaron sus éxitos más antiguos como Bésame, Conga, Será, Soy tuyo, Ojos negros, Tan enamorados, Déjame llorar, La cima del cielo, En el último lugar del mundo y Me va a extrañar.
Como novedad presentó a sus tres hijos en el escenario, de entre los que se destaca Héctor por su gran parecido vocal. La actuación de este rememoró la voz que lucía su padre en los primeros años de carrera, y que lo llevó al éxito. Además en este show las voces del coro –tres femeninas– culminaban algunas canciones como solistas en portugués e inglés, algo bastante interesante por brindar un espacio a la gente que lo acompaña en el escenario.
Montaner no desaprovechó la oportunidad para hacer su campaña humanitaria para que todos los niños y niñas de Paraguay tengan identidad y sean inscriptos en el Registro Civil. Logró que durante “Conga” el público coreara la frase “Los niños de Paraguay necesitan su identidad; presidente, presidente, aquí está la gente”.
En líneas generales fue un buen show, aunque esta vez no alzó a nadie en el escenario ni cantó el tema que más de uno esperaba en el estadio, la afamada “República de la Alegría”.