17 jun. 2024

Ricardo Fretes, el doctor solidario: “La medicina va camino a la comercialización”

Al acompañar a su padre de bata blanca en su labor en las comunidades más humildes; este hombre inquieto y servicial conoció el oficio de médico. Con su proyecto Retribuyendo al pueblo da atención a poblaciones lejanas con otros colegas.

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DARDO RAMÍREZ

Soy el almirante médico (SR) profesor, doctor, Isaías Ricardo Fretes. Mi especialidad es la coloproctología.

En setiembre del año pasado fui nominado maestro de la coloproctología latinoamericana.

Fui residente de la Sociedad Paraguaya de Coloproctología, de la Sociedad Paraguaya de Cirugía, de la Sociedad Latinoamericana de Coloproctología. Actualmente, soy miembro consultor de esta sociedad y enseño cirugía y coloproctología en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Asunción.

Tengo más de 300 conferencias dadas en el extranjero y soy miembro de 24 sociedades científicas en 19 países. Fui visitante ilustre de cuatro ciudades de América, todo a través de la medicina.

Tengo a nivel nacional el honor de tener el premio Comuneros, que es la máxima condecoración del Congreso.

En noviembre del año pasado fui condecorado por el Senado de la Nación, por las actividades académicas, a nivel nacional e internacional.

Tengo el honor de ser el presidente de la Fundación Promo 83 de la Facultad de Medicina de la UNA, que somos una remesa que hemos decidido ser agradecidos al pueblo paraguayo.

Hemos egresado todos con un patrón en común: Nuestros padres no tuvieron que pagar nuestros estudios.

Entonces creamos un proyecto que se llama “Retribuyendo al Pueblo” donde nos vamos a poblaciones alejadas y carenciadas de la República para llevar una medicina de muy alto nivel.

Mi padre fue profesor de la Facultad de Medicina, un señor con mucha educación, que fue fundador y desarrollador de la Sociedad Paraguaya de Coloproctología.

Mi madre era una licenciada en enfermería y obstetricia. Entonces crecí en un ambiente médico.

En mi niñez en muchísimas ocasiones acompañé a mi padre a las visitas domiciliarias y vi el agradecimiento del paciente cuando en son de pago le daban un pedazo de chipa guasu o un mbeju.

Ellos ponían en la mejor palangana agua tibia, el jabón que lo abrían frente a él, la toalla recién planchada para lavarse las manos antes de inspeccionar al paciente.

Esa imagen me quedó grabada, la del servicio sin recibir recompensa, la vocación de dar todo por el prójimo que recibe el servicio.

Ahora esa es una época perimida ya, porque lastimosamente hoy día, el auge de las facultades de medicina privadas no están en condiciones de estar dentro del contexto académico.

Se ha degenerado esto y la medicina va camino a la comercialización. No hay control del ejercicio médico.

El pilar fundamental de la salud pública es el factor humano y cuando se deteriora la calidad de eso, la salud pública se deteriora y el médico mal formado es un peligro. Más si no hace su entrenamiento postgrado.

El año pasado egresaron 1.500 médicos en el Paraguay. De esos solamente 600 tienen lugar dentro del programa de formación médica.

¿Qué pasa con el resto? Lo que es más grave todavía. ¿Qué pasa con los más de 300 médicos que egresaron de facultades que todavía no están acreditadas?

Pobres padres que vieron perder o están viendo perder el sacrificio económico que pusieron, para que sus hijos puedan llegar a ser médicos.

La recomendación que yo debo dar es que ningún joven o ningún padre debe inscribir al joven en una facultad, sin antes enterarse si está certificada y acreditada.

Hay algo que no se va a recuperar nunca que son los años. Lo económico a lo mejor se puede recuperar, pero los años invertidos no.

Proyecto

Retribuyendo al pueblo es un proyecto que lo venimos realizando hace 10 años. Se hacen cirugías complejas, desde cardíacas hasta de hernia en las poblaciones que visitamos. Las operaciones que no se pueden hacer en el lugar las traemos a Asunción.

El proyecto también abarca una parte cultural, otra deportiva con los dirigentes del fútbol de la comunidad y también talleres interactivos con niños de la comunidad.

La parte más importante del proyecto es la parte educativa, que le llamamos “Formando a los Formadores” porque está orientado a los docentes.

Donde vamos convertimos a la ciudad en una fiesta cívica y se han sumado colegas de otras remesas. Todo sin costo para las poblaciones.

El 7 de junio vamos a realizar un gran evento musical en el Teatro del Banco Central. Con eso recaudamos para cubrir en parte este proyecto. Obviamente, no alcanza y tenemos ayuda de amigos.

En la primera semana de septiembre iremos al Departamento del Guairá. Las grandes cirugías vamos a hacer en Villarrica y los talleres educativos a los docentes de esa ciudad.

También haremos un gran encuentro de fútbol en un convenio que ya tenemos con la Conmebol. Vendrán dos luminarias de Latinoamérica para un encuentro de fútbol.

Nos va servir para llamar la atención del departamento, cobrar precios populares y veremos si lo hacemos con auspiciantes.

En este país cuando aparece un proyecto y es transparente, la gente ayuda. Este es un proyecto 100% paraguayo, patriótico y 100% apolítico.

Hay mucho todavía que hacer en la salud pública en el interior del país, sobre todo en las especialidades médicas. Consideramos que llenamos ese vacío en cada comunidad a la cual vamos.

La salud pública va a tardar mucho tiempo todavía para cubrir ese vacío, porque no hay muchos especialistas en el Paraguay en esas áreas.

Para nosotros como profesionales lo más lindo es ver, por ejemplo, a una oftalmóloga infantil como Cirila Espínola o como la profesora doctora Ana Rolón de Campuzano ex titular de la cátedra de Pediatría de la UNA, atendiendo a niños de escasos recursos que no tendrán oportunidad de consultar con esas profesionales.

Luego al terminar la jornada de 12 horas, recibir el agradecimiento de estas personas por la oportunidad de haber servido. Eso es lo más lindo y lo más estimulante de todo este proyecto.

El hombre de bien debe ser agradecido, por eso creamos este proyecto. Para nosotros es una acción de vida, un ejemplo con el que atraemos a otros colegas y una muestra de amor también.

El pilar fundamental de la salud pública es el factor humano y cuando se deteriora, la salud pública se deteriora y el médico mal formado es un peligro.