Luego de muchas semanas de promoción, finalmente ayer se reactivó la Unidad Interinstitucional Anticontrabando, a cargo de Emilio Fúster.
La primera actividad fue una reunión con algunos actores involucrados. Este encuentro fue en Mburuvicha Róga ayer por la tarde, y duró casi tres horas.
Estuvieron presentes, además de Fúster, la ministra de Industria y Comercio Liz Crámer, el titular de la Dirección Nacional de Aduanas (DNA) Julio Fernández, representantes de la Policía Nacional, de las Fuerzas Armadas, productores frutihortícolas y pecuarios.
El vocero de la reunión fue Fernández, quien informó que se ocuparon en escuchar los reclamos de los sectores afectados en un primer momento, para luego “empezar a diseñar un plan operativo”.
“Hablamos de planes a largo plazo. Quedan pendientes reuniones periódicas”, señaló el titular de la DNA. Dijo que Fúster, como cabeza de esta instancia, empezará a partir de ahora una serie de encuentros más específicos.
El primero será con autoridades y funcionarios de la Aduanas, dijo Fernández. Esta reunión será hoy, agregó.
“En la primera reunión con Aduanas vamos a cuantificar los recursos. Cada institución aportará recursos humanos y otros recursos”, manifestó.
Según el director de Aduanas, antes de la reactivación de esta unidad ya se estuvieron fortaleciendo las acciones en la frontera, algo destacado por los medios locales en Argentina.
Entre las medidas que impulsará la unidad, además del control mismo, será el aliento a la formalización.
Así también reconoció que es necesario empezar “un proceso profundo para transformar mentalidades”, de tal manera a derribar la costumbre instalada de algunos funcionarios de Aduanas que actúan confabulados con los contrabandistas. “No es ningún mito que existen esas viejas prácticas”, añadió.
Para ello, se apostará además a la tecnología, señaló sin dar mayores detalles. Aseguró que este proceso es posible porque las personas que están a la cabeza son capaces.
Implicancias. Fernández reconoció la coyuntura particular que se vive ahora en la región, la cual impulsa el contrabando.
“Hace mucho que no pasa esto en la región. La diferencia de precios con Brasil y Argentina es muy grande”, resaltó.
La devaluación de las monedas de los países vecinos dejan una importante diferencia en varios productos.
Los sectores más afectados, según el primer análisis hecho en este encuentro, son los de la actividad agropecuaria.
Dicha actividad es una de las más sensibles debido a que más de 700.000 personas dependen de ella directamente, explicó Fernández.