18 abr. 2024

Retoma estudios y a los 80 años es licenciado

Don Ramón Giménez retomó sus estudios después de 50 años, al poco tiempo de cumplir 80 años, defendió la semana pasada su trabajo de grado para obtener el título de Licenciado en Trabajo Social. Su mensaje es claro y contundente: La edad no debe ser un impedimento para cumplir el sueño de estudiar una carrera universitaria.

‘‘Tuve mucho miedo en principio porque era compañero de jovencitos y jovencitas, sin embargo, ellos me acogieron bastante bien y pude llegar a la meta de concluir mi carrera, porque primero entrar a la universidad era el sueño, después terminar y gracias a Dios lo logré’’.

El pasado 1 de diciembre, Don Ramón defendió en el Campus Gutenberg de la Universidad Evangélica del Paraguay (UEP) con su compañera de tesis María Segovia su trabajo final: ‘‘Ayuda mutua en la construcción de vivienda de la cooperativa sembrador desde la perspectiva del trabajo social’’. Obtuvieron una calificación de 5.

El hoy flamante licenciado nació el 30 de agosto de 1942 en Asunción, en la costa del río Paraguay. ‘‘Soy de la Chacarita’’, dice con orgullo. Tiene 52 años de casado y 4 hijos. Don Ramón trabajó en algunas instituciones como la pastoral social, en el comité de iglesias, también en cooperativas de viviendas. ‘‘El trabajo siempre fue para mí preocuparme por los temas sociales y hacía muchas tareas de Trabajo Social de manera empírica, pero no tenía la técnica que le da a uno la universidad o la carrera, entonces eso es lo que me llevó a entrar en la universidad y concluir porque no fue tan fácil’’.

En principio siguió la misma carrera en la Universidad Nacional, pero no pudo ingresar porque no presentó su certificado de estudios a tiempo y en otra casa estudios, a los cuatro meses la carrera se cerró porque eran solo 4 los estudiantes. Finalmente llegó a UEP y pudo concluir.

La última etapa de su trabajo, Ramón se dedicó al área de discapacidad en la Municipalidad y ahí se jubiló. Comenta que ayudar le produce satisfacciones y que estas son distintas en las diferentes formas de trabajar. Por ejemplo, no es lo mismo con el adulto mayor pues requiere de mucha paciencia al igual que un niño. En la parte de discapacidad hay que estar en el lugar de la persona para realmente animar y acompañar. ‘‘Son experiencias que me sirvieron y enseñaron bastante porque trabaje con varios profesionales de distintas áreas’’.

El compromiso del Trabajador Social, explicó el licenciado, es demasiado importante dentro del proceso de la construcción de la ciudadanía y por sobre todo tratar de llegar a un proceso de cambio, porque un profesional del área debe luchar por los derechos humanos, la justicia social. ‘‘Hay que interiorizarse mucho más del compromiso que se asume al recibir el título, es un compromiso con las personas que precisan, necesitan que un profesional pueda acompañarle’’.

Un dato muy importante para Don Ramón es su origen, el haber nacido en la Chacarita, un espacio a orillas del río sobre el que cae mucho prejuicio, pero a pesar de que se habla tan mal, “mi origen es de la zona baja de Asunción, lo que no significa que la gente de ahí no pueda salir adelanta, de estudiar, de esforzarse para salir adelante’’.

El consejo que da Don Ramón a los jubilados con su experiencia es que tras cumplir 60 años hay que seguir dando de sí, no quedarse en casa. En su caso, destaca que con su título en mano, su andar no culmina, sino todo lo contrario, tiene el compromiso de seguir aportando su conocimiento a otras personas y si es posible ‘‘en el área de los adultos mayores y apoyar que tengan una mejor calidad de vida y un envejecimiento saludable’’.

Lafrase

El Paraguay no está muerto, es un pueblo vivo. Dios siempre bendice eso. Dios siempre está a favor de todo lo que ayude a levantar, mejorar la vida de sus hijos. Todos los sectores y actores de la sociedad estamos llamados y somos necesarios en la búsqueda del bien común. El sueño de la Patria nueva tiene dos garantías: Que el sueño se despierte y que sea realidad de todos los días y que Dios sea reconocido como garantía de la dignidad de la persona humana. Adalberto Martínez, cardenal.

CON FINES TERAPÉUTICOS

Enseñan takkyu vóley en Villarrica

La Organización Ideas Paraguay impartió clases prácticas de takkyu vóley a personas con y sin discapacidad en la ciudad de Villarrica.

Consiste en un juego de mesa similar al ping pong en la que intervienen más jugadores. Fue desarrollado por un profesor japonés en niños con distrofia muscular, de la escuela especial Toneyama, en la ciudad de Osaka, distrito de Ibaraki.

Taller de takkyu vóley dirigido a profesores de educación física, kinesiólogos, fisioterapeutas, alumnos y personas interesadas en enseñar y arbitrar este deporte a cargo del Lic. Yuji Horikawa profesor de educación física de Japón.

La actividad fue gestionada por la Secretaría de Deportes y Secretaría para las Personas con Discapacidad de la Municipalidad de Villarrica.

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