“Francia condena con la mayor firmeza posible este acto de guerra indigno e inmoral”, subrayó el presidente de Francia, país que ejerce la presidencia semestral de la UE. Para Macron, “no se trata de un acto de guerra destinado a neutralizar bases armadas o capacidades militares”, ya que su “claro objetivo” era “matar civiles, especialmente mujeres y niños”.
El alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, afirmó el jueves que el bombardeo del hospital es un “atroz crimen de guerra”.
En tanto, el máximo responsable de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, recordó que los ataques contra objetivos médicos son “violaciones muy graves” de las Convenciones de Ginebra. “Los ataques contra hospitales y personal médico están prohibidos en el derecho internacional humanitario y constituyen graves violaciones de las Convenciones de Ginebra”, indicó el director general de la OMS.
MOSCÚ DENUNCIA MONTAJE. Rusia afirmó este jueves que el bombardeo que dejó al menos tres muertos, incluyendo una niña, en un hospital pediátrico en la ciudad portuaria de Mariúpol (este) fue una “provocación puesta en escena” por Ucrania.
Antes del bombardeo ruso el miércoles del hospital pediátrico de Mariúpol (este), otras dos maternidades fueron destruidas por las bombas en Ucrania, informó el responsable en este país del Fondo de Naciones Unidas para la Población (UNFPA), Jaime Nadal.
El de Mariúpol “no es el único. En Zhitómir (noroeste), la maternidad fue totalmente destruida. En Saltivsky, en la ciudad de Járkov (noreste) la maternidad también fue destruida”, precisó el responsable en una entrevista por vídeo con periodistas en la ONU en Nueva York.
PELEAN POR COMIDA. En Mariúpol, ciudad de medio millón de habitantes y circundada por las tropas ruras, en el sureste de Ucrania, “la gente ha empezado a pelearse por la comida”, según un representante del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
“Todas las tiendas y las farmacias fueron saqueadas hace cuatro o cinco días. Algunas personas todavía tienen comida, pero no sé cuánto durará", afirmó Sasha Volkov, desde Mariúpol, en una grabación de audio enviada a los medios.
“Muchos no tienen agua para beber (...). Mucha gente dice que tampoco tiene comida para los niños”, prosiguió.
sin acuerdo. La reunión entre los ministros de Relaciones Exteriores de Rusia y Ucrania, Serguéi Lavrov y Dmytro Kuleba, en la localidad turca de Antalya, no registró ningún resultado tangible para el cese de las hostilidades.
Kuleba indicó sin embargo que ambos cancilleres habían decidido “proseguir sus esfuerzos”, aunque “Ucrania no se ha rendido, no se rinde y no se rendirá", agregó.
Ante la imposibilidad de alcanzar un acuerdo de alto el fuego, el ministro ruso dijo que Moscú quería “hablar de corredores humanitarios”, para evacuar a civiles de las ciudades sitiadas.
En el terreno, los tanques rusos llegaron el jueves a las puertas de Kiev, en su estrategia de rodear las grandes ciudades de Ucrania, provocando un éxodo masivo en dirección a países de la Unión Europea (UE), que se prepara para recibir a “millones” de refugiados.
Bancarrota de Rusia
El Fondo Monetario Internacional (FMI) sugirió este jueves la posibilidad de que Rusia entre en bancarrota a causa de las sanciones económicas impuestas por el resto de países por su invasión de Ucrania, y alertó de que la economía rusa ya se está contrayendo y se aboca a una recesión profunda.
“La bancarrota de Rusia ya no es improbable”, dijo la directora del FMI, Kristalina Georgieva. Apuntó que lo que determinará cuán fuerte será la recesión en Rusia será la duración de la guerra y de las sanciones, así como la posibilidad de que se endurezcan.
FMI considera que la guerra empeorará la inflación en Latinoamérica
El Fondo Monetario Internacional (FMI) alertó este jueves de que la invasión rusa de Ucrania empeorará la situación inflacionaria en Latinoamérica por la presión que está generando sobre el precio de la energía, además de implicar riesgos para el abastecimiento de la región.
En un encuentro digital con periodistas, la directora gerente del Fondo, Kristalina Georgieva, recordó que la inflación en muchos países latinoamericanos ya estaba disparada antes de la guerra en Ucrania por su dificultad para recuperarse de la recesión causada por Covid-19.
“Y ahora, encima, viene la presión sobre los precios de la energía por la guerra”, apuntó Georgieva.
La directora de la institución financiera internacional admitió que algunos países latinoamericanos exportadores de alimentos podrían ver la guerra como una oportunidad económica para aumentar sus exportaciones ante la caída de la competencia rusa y ucraniana, pero avisó de que incluso para ellos hay riesgos.
La escasez de fertilizantes -de los que Rusia y Bielorrusia son grandes exportadores, mientras que Brasil, por ejemplo, es uno de los mayores importadores- y la interrupción del sistema comercial global pueden constituir dificultades que potencialmente eliminen cualquier beneficio.
Georgieva también se refirió a la situación concreta del Caribe, que sigue esperando una recuperación total del turismo internacional a medida que baja de intensidad la pandemia de la covid-19, algo que ahora podría tardar todavía más a causa de la pérdida de poder adquisitivo en todo el mundo por las presiones inflacionarias de la guerra.