Francisco Amarilla, detenido en febrero del 2012 por un caso de hurto agravado en Eusebio Ayala, Cordillera, desde la citada fecha hasta el miércoles último estuvo recluido en la cárcel de Emboscada sin que su caso vaya a preliminar, mucho menos a juicio oral.
El abogado que tomó intervención de su caso, Robin Miranda, encontró que el juez Penal de Garantías de Cordillera, Alfredo Benítez Fantilli, debió otorgarle la libertad ya en agosto del 2012, pero el magistrado aparentemente no hizo la diligencia correspondiente, olvidando dicho trámite y recién el miércoles pasado pidió a un colega a que le haga el escrito, otorgando la libertad del encarcelado. El oficio judicial se firmó a las 17.50.
El abogado del recluso fue a reclamarle al juez Alfredo Benítez sobre la libertad de su defendido, al presentar un hábeas corpus reparador, por lo que el mencionado magistrado derivó la causa a su colega Antonio Ignacio Benítez y este, en pocas horas, mediante oficio enviado a Emboscada, le otorgaron la libertad.
Alfredo Benítez se inhibió del hábeas corpus y posteriormente recaló en el Juzgado de María Teresa Rodríguez, de San Bernardino, quien ya tomó las diligencias correspondientes para la libertad plena del encausado.
Francisco Amarilla había sido llevado a judiciales, pero como tenía otra causa por violencia familiar y tenía rebeldía debió ser llevado hasta el Juzgado competente; sin embargo, desde ahí ya no se supo nada de él.
“Lo lamentable de este caso, es que el presidente de la circunscripción, Alberto Martínez Simón, sabe de este asunto y no hace por lo menos una auditoría”, dijo Miranda.
El abogado lamentó las graves negligencias en que cayeron los jueces, principalmente Alfredo Benítez, y analiza mandarlo ante el Jurado de Enjuiciamiento.