El 2 de setiembre del 2020, el Gobierno paraguayo celebró que un enfrentamiento de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), contra el EPP había dejado dos abatidas. Sin embargo, pocas horas después, se supo que en realidad las fallecidas eran dos niñas de 11 años, que serían hijas de los líderes del grupo criminal. Esto inició una investigación del Ministerio Público.
Lo grave es que las ropas de las niñas habían sido quemadas, prendas que iban a ser evidencias en el caso.
Las menores M.C.V. (conocida como Aurora), hija de Magna Meza y Osvaldo Villalba; y L.M.V. (conocida como Mariana) hija de Liliana Villalba y Manuel Cristaldo Mieres, nacieron en Paraguay y fueron llevadas a Argentina, al cuidado de la abuela, Mariana de Jesús Ayala López, en Puerto Rico, Misiones.
Supuestamente, ambas vinieron de visita junto a sus padres desde el vecino país, según comunicaron familiares, sin embargo, la Fiscalía presume que los miembros reclutan a sus propios hijos para sus actividades armadas.
Pese a que pasó un año, la investigación del asesinato hasta el momento no cuenta con procesados.
Se comprometieron
El canciller paraguayo Euclides Acevedo, hace un mes, ratificó en el Congreso que la investigación forense en el caso de las niñas abatidas en un enfrentamiento armado con efectivos de la FTC será respetando la soberanía paraguaya. Según varios expertos, el suceso debe ser considerado como crimen de lesa humanidad.