El éxodo cada vez más pronunciado de paraguayos a otros países, principalmente a España y a la Argentina, deja a corto plazo una sociedad en donde las comunidades se irán resquebrajando y debilitando, afirma el sociólogo Ramón Fogel.
“Tenemos algunas localidades del país en donde ya solo hay viejos y niños, las comunidades se van muriendo. Si pensamos en las comunidades rurales solo queda el sojal, con su olor pestilente a herbicidas”, indica.
La migración también deja como resultado a niños abandonados. “Esto, lamentablemente implica en muchos casos, abusos, los chicos son abusados sexualmente y otros tienen problemas de aprendizaje severos”, advierte Fogel.
Las causas de la migración masiva tiene en aspectos socioeconómicos, políticos y psicosociales, destaca.
“Hay pocas posibilidades de ocupación productiva. Esa es la madre de todas las calamidades, la falta de empleo productivo. No hemos podido diseñar políticas que retengan a la población rural ni tampoco hemos generando empleo productivo en áreas urbanas”, agrega.
Destaca que si bien es cierto que los emigrantes mandan un poco de dinero a sus familias, los costos humanos y sociales son muy altos, y que no se aprovechan las remesas para dinamizar el desarrollo de las comunidades.
La única solución a este problema pasa por un cambio total del sistema. “Necesitamos renovar, replantearnos todo”, dijo.