“Mi esperanza es volver a tener una nueva oportunidad para reivindicarme ante la sociedad, y eso solo lo haré estando libre, es por eso que le pido a la Virgen que me haga el milagro de ver nuevamente la libertad”, expresó Juan Ramón Recalde, alias Curepa, recluso de Tacumbú.
El interno cumple condena de cinco años por robo agravado, perpetrado a mano armada en el 2009, en Villa Elisa, pero sin derivar en muertes. En la oportunidad, se había alzado con 12 millones de guaraníes de un negocio.
“En esos días no tenía ningún trabajo seguro y necesitaba meter plata en casa, es por eso que nuevamente me animé a perpetrar un asalto”, relató.
Para Recalde, quien está en Tacumbú desde hace tres años, la vida se le hizo muy pesada, sin ningún pariente que lo visite ni abogado que lo asista.
Se aferra a que le concedan la libertad condicional, pero no tiene recursos para solventar un abogado. Ya cumplió la tercera parte de su condena y no cuenta con ningún acto de inconducta que le impida salir, sostiene.
“La vida es muy dura aquí, somos muy maltratados por los celadores, no nos tienen compasión”, lamentó.
Ayer solicitaba monedas a los visitantes, para poder tener un poco de fondos para sobrevivir en la cárcel.