Sergio Cáceres Mercado
Desde aquel clásico titulado El hombre elefante, mucho se ha dicho sobre la discriminación que sufren aquellos que nacen con malformaciones. Ahora esta fábula vuelve con una historia contemporánea y con un niño, Auggie, como protagonista.
Sobre personas como Auggie, los adultos se han aprendido ciertas reglas morales donde priman la tolerancia y la comprensión. Pero en un ámbito donde los niños son mayoría, estas reglas son menos asimilables. De ahí que este cuento tenga como entorno la escuela primaria donde Auggie acude por primera vez.
La proverbial crueldad infantil entra en escena inmediatamente, y la trama gira en cómo superar esto y encontrar chicos que no se dejen llevar por el acoso y acepten a Auggie tal como es.
Presentado en estos términos, la película no es tan original, pues el bullyng hace buen tiempo es recurrente como tema central en el cine. Lo original acá es cómo lo presentan y los detalles que la hacen llevadera. Uno de estos detalles está conformado por un reparto liderado por Julia Roberts y Owen Wilson como los padres de Auggie; así también, el resto de los niños hace un gran papel destacándose el joven talento que es Jacob Tremblay.
El relato tiene una intención de ser coral, pues por capítulos se van centrando en los otros niños que hacen a la vida de Auggie, y muestra cómo estos también tienen una vida difícil, pero las ponen en perspectiva con el resto de sus congéneres.
Por supuesto, estamos ante una producción que tiene sus momentos tristes, conmovedores, así que hay que ir preparados. Pero no quiere ser solo un drama lacrimoso, ya que hay muchos momentos alegres que no tienen nada que envidiar a cualquier comedia. En general es una película recomendable para todos, en especial aquellos que tienen dificultad por entender que los diferentes en apariencia, son en realidad iguales a todos nosotros.
Calificación: ***1/2 (buena a muy buena)