Extractamos palabras del papa Francisco relativas a la lectura de hoy que nos pueden ser útiles en este momento especial que vivimos: “El Espíritu Santo, entonces, como promete Jesús, nos guía “en toda la verdad”. Probemos a preguntarnos: ¿estoy abierto a la acción del Espíritu Santo, le pido para que me ilumine y me haga más sensible a las cosas de Dios?
Esta es una oración que tenemos que rezar todos los días: Espíritu Santo, haz que mi corazón esté abierto a la Palabra de Dios, que mi corazón esté abierto al bien, que mi corazón esté abierto a la belleza de Dios todos los días. Me gustaría hacerles una pregunta a todos ustedes: ¿Cuántos de ustedes rezan cada día al Espíritu Santo?
San Josémaría Escrivá mencionó tres puntos importantísimos para arrastrar las almas al Señor: Que te olvides de ti y pienses solo en la gloria de tu Padre Dios; que sometas filialmente tu voluntad a la voluntad del cielo, como te enseñó Jesucristo; que secundes dócilmente las luces del Espíritu Santo (Surco, 793).
Recordamos finalmente la Semana Laudato Si, iniciativa querida por el Papa y patrocinada por el Vaticano, concluirá el 24 de mayo con una Jornada Mundial de Oración. Mientras conmemoramos la encíclica durante la Semana Laudato Si, nuestro mundo está siendo profundamente afectado por la pandemia del coronavirus. La Semana Laudato Si nos ayudará a redefinir el mundo que surgirá después de que la pandemia haya pasado. La crisis actual es una oportunidad para empezar de nuevo, y para asegurarnos de que el mundo que surja después de que esta crisis haya pasado sea sostenible y justo.
Laudato Si nos recuerda, como dijimos, que “todo está conectado” y trágicamente, esta catástrofe sanitaria tiene mucho en común con la catástrofe ecológica: El Dicasterio Vaticano recuerda que ambas son emergencias mundiales que afectarán a muchas personas y se resolverán sólo a través de un esfuerzo conjunto que apele a nuestros mejores valores comunitarios.