“Puedo decir que el Gobierno, más que corrupto, también es genocida”

La dirigente estudiantil Vivian Genes, con prisión domiciliaria por la supuesta quema de Colorado Róga, cuestiona al Estado por no responder a las necesidades y por perseguir a quienes reclaman.

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De vuelta a casa. Vivian en compañía de su madre, tras ser liberada hace una semana.

La joven dirigente estudiantil de la UNA Vivian Genes estuvo en prisión desde el 30 de marzo, hasta el 13 de abril, pero esta situación no la desanimó y sigue exigiendo mejores respuestas del Gobierno, al cual acusa de ser, además de corrupto, genocida, por las miles de muertes que hoy se cobran el Covid y otras enfermedades a causa de un deficiente sistema de salud.

Conocida por su lucha a favor de la ley de arancel cero, Vivian soporta la prisión domiciliaria y lamenta que en el país existan tantos casos terribles que no se investigan, pero se ensañan con quienes reclaman derechos básicos como salud y educación.

Ocurre que ella y otros dos jóvenes, Pedro Areco y Luis Trinidad, están imputados por los supuestos hechos de riesgos comunes, perturbación a la paz pública, daño a cosas de interés común, daño a obras construidas o medios técnicos de trabajo tras ocurrir la quema de Colorado Róga, predio de la Asociación Nacional Republicana (ANR).

Genes cuestiona que la encerraron sin elementos mínimos que sostengan la acusación fiscal. “Ahora estamos teniendo que dejar nuestro trabajo, nuestra facultad, y pasando por esta situación que también es de angustia para nuestras familias. Es un retroceso para nuestra democracia”, afirma.

Agrega que lo que está sucediendo es que se está instrumentalizando a la Justicia desde todos sus espacios, tratando de acallar las voces de protesta. Señala que el Gobierno incluso apela a encuestas que señalan que la imagen del presidente Mario Abdo Benítez está estable, “cuando en la calle lo único que vemos es desesperación” y descontento.

“Amigos o compañeros están haciendo polladas, tratando de vender algo para conseguir remedios para sus familiares. Entonces de qué estabilidad del Gobierno podemos hablar. Ese fue luego el primer motivo por el que las movilizaciones estallaron”, recordó Genes.

Manifestaciones. En efecto, las manifestaciones contra el Gobierno se multiplicaron porque no existen insumos ni camas en los hospitales públicos, aunque se endeudó al país por miles de millones de dólares para enfrentar la pandemia. La corrupción nos corroe, asevera la estudiante de la UNA. Al mismo tiempo, fustiga al Gobierno por responder a los reclamos con represión, en lugar de asumir las críticas y proveer medicamentos, y gestionar más humanamente la pandemia.

“El Gobierno responde con represión, con imputaciones a manifestantes. Es un mensaje claro del Gobierno, de pura violencia. Cuando se caen las escuelas, cuando no hay insumos, cuando tratás de reprimir las voces de protesta: eso es violencia”, expresa.

Insiste en que la gente solo está reclamando sus derechos pero el Estado utiliza a algunos manifestantes como chivos expiatorios para que el castigo sea ejemplificador para el resto, y que ya no se proteste. “La gente ya no tiene ese relato de sumisión”, advierte Vivian.

Denuncia que todos los espacios públicos, no solamente el Poder Judicial y el Ministerio Público, tienen como objetivo la represión de las manifestaciones. “Eso pasó con nosotros. Hay incluso un muerto en el interior, y más de 30 imputados en Ciudad del Este. No es una cuestión aislada la nuestra, es una política de represión de la protesta”, lamenta.

Asesinos. La activista también acusa que la clase política paraguaya, además de incompetente y corrupta, es genocida. “En este punto ya genocida porque no se entiende que estén haciendo plata a costa de tantas vidas y de tanto sufrimiento. Es un escándalo que tengamos familiares de pacientes con Covid acampando y que la respuesta de la primera dama haya sido llevarle una carpa a la gente, en vez de que la gente tenga camas, insumos y medicamentos”, reclama.

Afirma que la pandemia visibilizó el padecimiento de la ciudadanía, si bien ya teníamos pacientes con cáncer en los pasillos de los hospitales por ejemplo, o ya se venían haciendo las polladas, las rifas y otras actividades solidarias para familiares, amigos o vecinos que tenían también otras enfermedades, porque se carecía de insumos básicos en los hospitales. “Este sistema de salud, este sistema de educación, son inhumanos. A costa del sufrimiento de la mayoría de nuestra gente unos pocos viven bien”, se queja Genes.

Recuerda que el mandatario no conoce a los paraguayos, porque “fue a otro país a estudiar, nunca viajó en un colectivo, no se comunica con la gente, y es el hijo de la herencia dictatorial stronista”. Ocurre que el jefe de Estado es el hijo del otrora eterno secretario privado del dictador Alfredo Stroessner, Mario Abdo Benítez (padre).

“Entonces, vemos que ellos viven bien a costa del sufrimiento de otros, que no saben lo que es pasar hambre, que te falte un medicamento. No son estadísticas nomás las personas que todos los días mueren por Covid, son personas a las que les faltó una cama, o una silla para estar esperando que le atiendan”, indica afligida Genes.

Califica el papel del Estado en esta pandemia como “triste”, pero añade que se debe seguir luchando para que funcione en favor del bien común. “Deberíamos contar con los medicamentos y las camas en los hospitales, tener escuelas en condiciones. En la pandemia vimos que fue la ciudadanía la que sostuvo a quienes necesitaban, con las ollas populares en los barrios, con las polladas, con la red de solidaridad, pero esa red queda otra vez como responsabilidad de los que menos tienen”, señala.

Al mismo tiempo, se muestra ofuscada porque no existe un apoyo, un incentivo, una política de cuidado que venga del Estado, el Estado que es de todos, “aunque está completamente capturado por una masa corrupta y asesina”.

La estudiante también destaca que para combatir la crisis es muy importante manifestarse, trocar el relato de sumisión por uno de valentía, pero también presentar propuestas. “Si seguimos tirando piedras al Gobierno, pero no nos presentamos con propuestas transformadoras no hay muchos avances”, opina.

Asegura que en el país hay mucha gente capaz e íntegra, y es necesario que estas personas se involucren en la transformación política y social. Explica que seguirá luchando por un país mejor, y reconoce que será un proceso trabajoso. “Entiendo que los cambios reales se van a dar cuando más gente se involucre. Hay que trabajar todos juntos para salir de esto. Estos setenta años de miseria que tenemos no van a cambiar en uno o dos años. No será un proceso fácil ni corto”, confiesa la dirigente estudiantil.

Insiste en que hay que involucrarse y no dejar todo en manos de los corruptos porque eso es precisamente lo que estos quieren. Además, expresa que se siente acompañada por su familia, compañeros y organizaciones que la apoyan aún más después de la imputación en su contra. “Estoy optimista, entiendo que va a ser un camino largo, mucho trabajo, que este proceso puede terminar con nosotros en la cárcel incluso sin ningún elemento que lo sustente. No investigan a los criminales, investigan a los manifestantes”, sentenció.

Perfil
Nombre: Vivian Guadalupe Genes Meza.
Edad: 25 años.
Es becaria de la organización Gesellschaft Stauffen-Paraguay, alumna de Arquitectura en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Arte (FADA) de la UNA, y representante estudiantil de la citada casa de estudios.

La clase política paraguaya, además de incompetente y corrupta, es genocida. En este punto ya es genocida porque están haciendo plata a costa de vidas y de tanto sufrimiento.

No existe un apoyo, un incentivo, una política de cuidado del Estado; está capturado por una masa corrupta.

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