Según datos del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), el precio de la cebolla es de G. 40.000 por bolsa de 18 kilos, mientras que el tomate se comercializa a G. 70.000 por bolsa de 20 kilos.
Estos productos, pero de origen argentino, se venden a un tercio de dichos precios.
La cebolla está a G. 14.000 y el tomate a G. 25.000, en las presentaciones mencionadas, señaló Édgar Pineda, importador.
Dijo que con esta coyuntura se fortalece el contrabando, un flagelo al que el Gobierno respondió prohibiendo la importación legal, medida que consideran desacertada desde el gremio.
Lógicamente, los perjudicados con la suspensión de las importaciones de cebolla y tomate son los importadores legales, quienes aseguran que la producción local no es suficiente, y que esto se ve reflejado en los precios.
Reiteró la inacción del Gobierno ante el contrabando, debido a que aún no ha reactivado la Unidad Anticontrabando, que sería coordinada por el Ministerio de Industria y Comercio (MIC).
Según el importador, esta institución también debe encargarse de controlar esta situación mediante la emisión de licencias previas de importación.