En la columna anterior se han hecho definiciones de políticas públicas hacia el desarrollo sostenible, poniendo lupa sobre los imperativos técnicos en la acepción combinada de los aportes de Kant y Popper sobre el “deber ser” de las ciencias y de las políticas públicas. Se hizo allí una breve descripción de la concatenación existente en macroeconomía entre inflación, déficit fiscal y endeudamiento.
La crisis múltiple actual en Paraguay está compuesta por el combate contra la pandemia del Covid-19, por la recesión económica, a consecuencias de ella, y por el hiperendeudamiento en el que incurrió nuestro país para hacerlas frente, incluyendo las inversiones necesarias para la reactivación económica.
ENTRE LOS MEJORES. En Paraguay, la reacción rápida del Gobierno y del sector privado ha logrado que se encuentre entre los países mejor posicionados en América Latina en materia de fortalecimiento de la salud, reteniendo a los ciudadanos en sus hogares, cerrando negocios y fronteras así como viajes internacionales, pero permitiendo, bajo riguroso protocolo sanitario, compras en supermercados y farmacias así como uso de servicios bancarios. El rápido recurso al endeudamiento, interno y externo, permitió socorrer a micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes), a trabajadores formales, inscriptos en el Ministerio del Trabajo y en el Instituto de Previsión Social, e intentando llegar hasta los informales, con éxito solo parcial, debido a la natural dificultad en alcanzarlos.
Mejorando la cuantificación de la pandemia, utilizando el número de muertos y de infectados por millón de habitantes, Taiwán, Paraguay y otros países ostentan los primeros puestos entre los que han reaccionado a tiempo y cosechando mejores resultados.
¿DÓNDE OBTENER MÁS FONDOS? Sin embargo, el hiperendeudamiento en el que ha incurrido en nuestro país, arroja preocupación acerca de cómo seguir endeudándose en términos relativamente aceptables. Se han gastado e invertido ya unos 1.600 millones de USD y se necesitará el doble para atender las necesidades financieras de la crisis múltiple en este segundo semestre de 2020 y en todo el 2021. ¿Dónde seguir endeudándose a tal efecto a mejores plazos y tasas de interés? Mandato imperativo es que no se resquebraje ni la salud ni la economía.
NI RMI NI IPS NI IB. Se ha visto en análisis anteriores en esta misma columna, publicados también en las redes sociales, que no es viable legalmente utilizar ni las Reservas Monetarias Internacionales ni los recursos del Instituto de Previsión Social. Algunos lanzaron la idea de hacerlo con la Itaipú Binacional (IB), lo significaría que las Altas Partes Contratantes (Paraguay y Brasil) se pusieran de acuerdo, pero hasta el momento no se ha recibido en la IB ninguna solicitud formal del gobierno paraguayo al respecto. Por otro lado, se constató que Paraguay podrá seguir endeudándose con bonos soberanos en el mercado local y en el internacional, dada la buena fama de pagador puntual que tiene nuestro país. A propósito, la tasa de interés que estará recibiendo el Gobierno paraguayo en mercados financieros del exterior probablemente sea inferior a la que se estima que tendría que pagar la IB, si ella se endeudara por cuenta propia.
¿ENDEUDAMIENTO SIN REFORMAS? Más importante que todo esto es la preocupación de la ciudadanía paraguaya acerca de quiénes pagarán el hiperendeudamiento por la crisis múltiple, si el Gobierno decide, como al parecer es el caso, no realizar reformas clave, como la mejora del gasto público ni una adicional reforma tributaria ni un mejor régimen de compras públicas. Recordemos que la matriz paraguaya en la obtención de fondos pasa por corrupción e impunidad, lo que significa que parte de los mismos queda en bolsillos inescrupulosos. Además, la evasión tributaria sigue siendo enorme (alrededor del 40% de la recaudación potencial) en gran parte debido a que personajes todopoderosos, política y económicamente hablando, siguen sin pagar impuestos debidamente. Las consecuencias de endeudarse sin reformas y sin reducir la evasión tributaria, se analizará en la próxima y última entrega sobre este tema: Políticas públicas vs. Crisis múltiple.