En aquel entonces, la ambición de poder de Nicanor condujo a una profunda crisis institucional que concluyó con la caída del poder de la ANR en el 2008.
La jugada del sector nicanorista que hoy es replicada por Mario Abdo arrancó a finales del 2005 y abrió una fuerte crispación interna en medio de cuestionamientos legales. Nicanor logró ser habilitado por la Justicia Electoral para avanzar con su candidatura a la presidencia de la ANR, pero no para ejercer el cargo.
A través de una maniobra judicial y con la complicidad de cinco ministros colorados de la Corte Suprema, logró la “habilitación” para asumir y ejercer por unas horas el cargo, pese a la prohibición de la Constitución Nacional.
Desde el sector de la oposición se resolvió impulsar el juicio político a los ministros de la Corte Suprema de Justicia y acusar a Duarte Frutos de violar el artículo 237 de la Constitución Nacional que establece puntualmente el presidente y el vicepresidente de la República no pueden ejercer otros cargos.
SE POSICIONA LUGO. La crisis política que desató el plan nicanorista de copar la ANR y luego buscar la reelección presidencial catapultó la figura del entonces obispo Fernando Lugo, quien se iba perfilando para la presidencia de la República.
La división colorada más la crisis institucional derivaron en una gran movilización social y política de la oposición, que era la antesala de las elecciones presidenciales del 2008.
Finalmente, Duarte Frutos postuló la candidatura presidencial de Blanca Ovelar, quien terminó perdiendo frente a Lugo, en medio de la división colorada y el posicionamiento de la dupla de la Alianza Patriótica para el Cambio. En este contexto, Abdo y el candidato presidencial del movimiento Fuerza Republicana, Hugo Velázquez, reflotan la misma fórmula que usó Nicanor para enfrentar a Horacio Cartes en las internas partidarias de diciembre.