Sergio Cáceres Mercado
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Esta vez solo cinco pitufos son los elegidos, y el que salva un poco la comedia es gruñón, aunque vanidoso no está mal. Papá pitufo, pitufina y tontín son aburridos, y los traviesos creados por Gargamel ni siquiera sorprenden.
Evidentemente el que los pitufos interactúen con seres humanos hace que cualquier trama sea complicada porque desnaturaliza lo que hasta ahora se conocía y apreciaba en ellos. Los humanos elegidos tienen que ser igual de tontos que los pitufos y ponen limitaciones a la plasticidad y comicidad que podrían tener si fuese una comedia totalmente animada. Por el final de esta última entrega, parece que solo Gargamel y Azrael serán los “no animados” por computadora en el tercer capítulo.
Lo cierto es que este capítulo es muy inocente y muy poca comicidad ofrece. Ni los más chicos aciertan a reír, con algunas obvias escenas que marcan la excepción; y decir esto de una comedia infantil significa que no logró su cometido esencial.
Las vacaciones de invierno dejaron en cartelera varias opciones para los chicos. De todas, Los Pitufos es la última que recomiendo.