Más de la mitad de los electores acudirá a su cita con las urnas sin tener claro su voto, según determinaron las últimas encuestas, producto del desencanto general con la clase política que llevó a más del 80% de los peruanos a avalar la decisión constitucional de Vizcarra de prescindir del Congreso.
Sumado a la fuerte abstención y los votos nulos, que pueden rondar entre el 30 y 35%, el pronóstico de estas elecciones resulta muy incierto y reservado para un Congreso que tendrá la misión de estabilizar el país, normalizar las relaciones con el Ejecutivo y encauzar los deseos de la población para combatir la corrupción.
A priori los comicios pueden dar como resultado un hemiciclo con mayoría de centroderecha deslindado del fujimorismo, lo que sería el escenario ideal para Vizcarra de cara a su último año y medio de mandato.
El hecho de que el oficialismo no presente candidatos en estos comicios hace que el mandatario aguarde una composición del hemiciclo que concuerde con su ideario y esté comprometida con las reformas anticorrupción sin las reticencias constantes que le presentaba el fujimorismo.
Bajo ese perfil puede incrementar su presencia en el parlamento Acción Popular, que hasta ahora solo tenía cinco congresistas; y puede irrumpir en el hemiciclo el Partido Morado, creado recientemente por Julio Guzmán, una de las caras nuevas de la política peruana. Puede darse un voto de castigo al partido fujimorista Fuerza Popular, el más votado en 2016, pero cuyo capital social dilapidó al frenar las medidas anticorrupción del Gobierno y revelarse donaciones irregulares de grandes empresas que llevaron a su líder Keiko Fujimori a prisión preventiva por presunto lavado de dinero.
Candidato detenido
Apenas 24 horas antes de que comience la votación fue detenido Juan Sotomayor, candidato a congresista y ex alcalde del Callao, la ciudad portuaria de Lima, por presuntamente encabezar una red de cobros de trabajadores fantasmas en una empresa pública, como parte de una gran operación donde fueron allanados 29 inmuebles.