Con mucha emoción Graciela comentó que hace 5 años que confecciona diversos tipos de trajes, de tela, ao po’i y ñandutí, especialmente gracias a la ayuda de la profesora de corte y confección Irma Ayala, del Instituto Paraguayo de Artesanía, quien colabora con las internas del Buen Pastor aportando sus conocimientos sobre la alta costura.
“Es la primera vez que me toca realizar un traje de novia y que será enviado nada más y nada menos que a un país de Europa”, mencionó emocionada, Graciela.
Lucía, por su parte, aclaró que aún le faltan detalles al traje y las terminaciones, para que esté listo para el viaje.
Comentó que el vestido va ir acompañado de un tocado echo de ñandutí, ya que la novia Paola Carolina Alvarenga, quien es paraguaya, pero radicada en Francia, quería un toque que le caracterice a su país de origen.
Con ganas de aprender. La directora del Buen Pastor, Norma Bogarín, manifestó que en el taller de costura están más de 100 reclusas, quienes se predisponen para aprender hasta recibir el carnet de profesionales.
“En la maquila, como le decimos acá, aprenden a coser, tejer, hacer manualidades, entre otros grandes trabajos que ellas realizan con mucho esfuerzo”, comentó Bogarín.
Además expresó que 150 chicas ya recibieron su carnet de profesionales.
“Muchas ganan dinero con la venta de su trabajo de costura o manualidades y mantienen a su familia”, indicó.