En comunicación con Radio Monumental, el alto jefe policial colombiano aseguró que no se busca una confrontación directa con el grupo armado, sino “una salida humanitaria” a la situación.
TRES ETAPAS. “Nuestra primera recomendación fue tratar de neutralizar a estos delincuentes”, dice Murillo Orrego, explicando que la primera etapa denominada “plan candado”, busca una liberación por presión, realizando un cerco en torno a los delincuentes, cortando la logística y así dejarlos sin suministros. Además, detalló que las otras dos fases son: la etapa de investigación y la última, un operativo de posible rescate.
“Es la última instancia a la que se puede recurrir, porque una confrontación podría ser riesgosa para la persona secuestrada”, aclaró.
Según su experiencia en Colombia, el brigadier general resaltó que los secuestros se comportan de manera diferente.
“Nosotros en Colombia aprendimos que tenemos que llegar a las zonas y ganarnos a la gente, a las comunidades indígenas, a los campesinos y no seguir viendo a organizaciones pasar. Es importante lograr una confianza en la institucionalidad y no permitir que los grupos criminales sigan creciendo con ayuda logística”, sostuvo el asesor de la FTC.