“Hemos entrado en la Semana Santa. Por segunda vez la vivimos en el contexto de la pandemia. El año pasado estábamos más conmocionados, este año estamos más probados. Y la crisis económica se ha hecho más pesada”, dijo Francisco.
COMPASIÓN. Se trata de “una situación histórica y social” que conlleva problemas de carácter “físico, sicológico y sobre todo espiritual” que siembran “desconfianza” y “desesperación”, explicó.
“Y, a lo largo del viacrucis cotidiano, nos encontramos con los rostros de tantos hermanos y hermanas en dificultad: no pasemos de largo, dejemos que nuestro corazón se mueva a compasión y acerquémonos”, añadió.
En otro momento, el pontífice manifestó: “Dejémonos sorprender por Jesús para volver a vivir, porque la grandeza de la vida no está en tener o en afirmarse, sino en descubrirse amados. Y en la belleza de amar”, aseguró, antes destacar la importancia de acoger a los “descartados”, “humillados por la vida”, “rechazados” y dejar de ser “rehenes de la admiración y el éxito”.
“REHENES DEL ÉXITO”. Francisco quiso destacar el “camino de humillación” que eligió Jesús: “Él triunfa acogiendo el dolor y la muerte, que nosotros, rehenes de la admiración y del éxito, evitaríamos”.
Lo hizo “por nosotros” y “probó nuestros peores estados de ánimo: el fracaso, el rechazo de todos, la traición de quien le quiere e, incluso, el abandono de Dios (...) . Y ahora sabemos que no estamos solos. (...) Ningún mal, ningún pecado tiene la última palabra. Dios vence, pero la palma de la victoria pasa por el madero de la cruz. Por eso las palmas y la cruz están juntas”.
“Y nosotros, somos capaces todavía de dejarnos conmover por el amor de Dios? ¿Por qué hemos perdido la capacidad de asombrarnos ante él? Tal vez porque nuestra fe ha sido corroída por la costumbre. Tal vez porque permanecemos encerrados en nuestros remordimientos y nos dejamos paralizar por nuestras frustraciones. Tal vez porque hemos perdido la confianza en todo y nos creemos incluso fracasados”.
POCOS FIELES. Francisco inició el domingo los ritos de la Semana Santa con la celebración litúrgica del Domingo de Ramos y de la Pasión del Señor, en el interior de la Basílica y ante muy pocos fieles, en lugar de en la plaza vaticana y con la presencia de decenas de miles de personas, como era habitual hasta la llegada de la pandemia del Covid-19.
Hace justo un año, el papa Francisco impartió una histórica bendición Urbi et Orbi -a la ciudad y al mundo- desde una plaza de San Pedro del Vaticano totalmente vacía de fieles, un imagen que se ha convertido ya en un símbolo del silencio y el vacío en los que la pandemia ha sumido al mundo.
Atentado suicida en catedral
El atentado suicida con bomba contra una catedral de Indonesia este Domingo de Ramos, con un saldo de al menos 20 heridos, fue perpetrado por dos miembros de un grupo yihadista pro-Estado Islámico (EI), acusado de otros ataques contra iglesias, incluido uno en Filipinas en 2019. Los atacantes murieron cuando irrumpieron en una motocicleta en el recinto de la catedral de la ciudad de Makassar. Ambos asaltantes, un hombre y una mujer, eran miembros del grupo extremista Jamaah Ansharut Daulah. AFP